Lo cortés no quita lo valiente.
La educación y el respeto a las personas no está reñido con defender cada uno sus convicciones. No podemos perder las buenas maneras con personas con las que no compartimos criterios o formas de pensar.
Buenos modales juntan caudales y abren puertas principales.
Las buenas maneras y la buena educación, abren más puertas en la vida y dan mayores oportunidades que cualquier otro tipo de comportamiento.
Cortesías engendran cortesías.
Siendo educado y cortés siempre trae como consecuencia, que el resto de las personas sean más amables y corteses a la larga.
La cortesía es de quien la da, y no de quien la recibe.
Indica que se debe tratar con educación a todas las personas, incluso a aquellas personas que no se lo merecen o que no tienen buenos modales o buena educación.
Cuanta más grandeza, más llaneza.
Por muy sencilla que sea una persona, el mayor tesoro que tenemos es nuestro comportamiento. El comportamiento no conoce grandezas. Se puede ser importante y ser un maleducado.