FELICIDADES
Quizás dé lo mismo si se trata de un año nuevo...
...o de un nuevo grupo de pertenencia,
...de un nuevo lugar donde vivir,
...de un nuevo amigo,
...o de una nueva pareja.
Nada puede ser realmente nuevo
si uno lo vive desde viejas actitudes.
Por eso te deseo y me deseo
Que no se nos vaya nuestro tiempo de vida
en asuntos que realmente no valgan la pena.
Nadie vino a este mundo
… a encerrarse en un lugar seguro
… a lograr la aprobación de los demás,
… a “matar el tiempo”.
Que miremos hacia atrás sólo para cerrar los asuntos pendientes.
Es el único modo en que el pasado puede realmente pasar:
... decir lo largamente callado,
... hacerse cargo de los errores
… y pedir disculpas,
… y reconocer lo recibido
… y dar las gracias,
… comprender lo no comprendido,
… dejar ir lo que ya no es.
Cerrar lo inconcluso es comenzar a hacer espacio para lo Nuevo.
Que sepamos pedir ayuda cuando la necesitemos,
para volver a pararnos sobre nuestros propios pies.
Dejarse ayudar es un buen antídoto para la omnipotencia o la necedad.
Que sepamos ayudar a quien lo necesite...
… sin perdernos en el otro,
… sin invadir ni manipular,
… sin generar dependencia,
… sin forcejear para que nadie cambie lo que no está dispuesto a cambiar.
Ayudar requiere el ejercicio de una solidaridad inteligente,
consciente de sus trampas y de sus límites.
Que permanezcamos abiertos
a encontrar verdaderos compañeros de Camino,
afines a nuestra más íntima Esencia.
Como decía Vinicius:“La Vida es el arte del encuentro”.
No nos escondamos de la Vida.
Vivir Vivo es poco frecuente entre los humanos.
Lo logran quienes trabajan para abrir su sensibilidad y su conciencia.
Que seamos parte de aquellos que,
más que un “Año Nuevo”,
celebran cada día un Día Nuevo, intensamente Vivos.
Y es que hay un único tiempo:
AHORA