EL BAÑO DE LUZ
Con la Colaboracion de Siervos de Cristo Vivo.
Parte II
Respuesta inmediata
Los testimonios recibidos certifican que nuestro Dios nos responde inmediatamente cuando le pedimos que nos bañe con su luz. Si la luz recorre 300 mil kilómetros por segundo, la luz divina es todavía más veloz para darnos vida en abundancia.
Una señora que tenía problemas por infidelidades constantes de su esposo le preguntó al Señor: Señor, ¿qué debo hacer con tanta infidelidad de mi esposo? - Perdón. - Pero. Señor, ya le he perdonado una y mil veces y no mejora.
- Perdón. - Lo que pasa es que perdonándolo se aprovecha de mi perdón. Ya me cansé de perdonarlo. - Cuando te digo "perdón" no me refiero a que le perdones sino a que le pidas perdón por no ser la mujer que él anda buscando y no encuentra. Pídele perdón por no atenderlo como él necesita. Pídele perdón por juzgarlo y condenarlo, por no ser solícita y cariñosa como lo eres con otras personas.
4. COMO SE HACE
Es hacer lo que Jesús hizo en el huerto de los Olivos en Getsemaní:
.-A. Lugar tranquilo.
Se necesita ante todo un lugar tranquilo que invite a la oración, al diálogo. En Mc 5,37 -40 vemos cómo el Señor Jesús se quedó solo en la habitación con los padres de la niña y algunos de sus discípulos. Es decir, hizo un ambiente de recogimiento para orar. Es muy importante calmar el espíritu para entrar en oración.
B. Jesús muy humano.
Se debe imaginar al Señor Jesús de una manera muy humana, algo así como se apareció a sus discípulos después de su resurrección, y aunque su cuerpo ya está glorioso, no debe verse con rayos o luces, sino sonriendo y con sus llagas en sus manos y sus pies, como invitándonos a meter nuestros dedos en sus llagas, como lo hizo con su apóstol Tomás. Es necesario representarnos la persona del Señor de la manera más imaginativa y positiva posible.
. Bárbara Shlemon, en su libro "La Oración que Sana" escribe: El empleo de la imaginación en la oración, puede ayudarnos a. "creer que ya lo logramos".
En el New York Times (agosto, 1973) se cita al Doctor Walter Ghase, Director del Departamento de Investigación y Jefe del Departamento de Ciencias Básicas Visuales de la Escuela de Optometria del Southern California College en Fullerton:
"Lo que se ve con la mente es tan real, en un sentido, como lo que se ve por una ventana. No hay mucha diferencia fisiológica entre las señales que transmite la mente y la que transmite el ojo".
Por tanto la imaginación no es componente pasivo de nuestro ser, sino que puede convertirse en un elemento activísimo de nuestra oración.
C. Diálogo
La oración se desarrolla con un diálogo a solas entre dos personas: el Señor Jesús y tú. Nadie más debe venir a la escena. Los dos solos.
D. Diálogo de amor
Es un diálogo amoroso con el Señor. El ejemplo mejor para el diálogo que se debe sostener con el Señor durante el baño de luz es el que encontramos narrado en Jn 4, 1-26 cuando Jesús habla con la samaritana y mientras habla con ella la va sanando del odio racial. El baño de luz es poner en práctica la verdad de que Cristo está en nosotros y Él es la esperanza de la gloria que tendremos.
E. Silencio
Hacer silencio. Para escuchar las respuestas del Señor es necesario guardar silencio. Muchas veces no escuchamos a Dios porque no le damos tiempo a que nos responda. Siempre estamos hablando y volvemos la oración un monólogo y no un diálogo.
5. ESCRIBIR EN VEZ DE HABLAR
Hay personas a las que no les es fácil hablar con el Señor, pero sí pueden expresarse más fácilmente por escrito. Para esto, es buena cosa escribir una carta al Señor comentándole el problema y pidiéndole respuestas a las preguntas. Mientras el Señor responde, se debe permanecer en oración y silencio y una vez que comience a responder se debe escribir. Presentamos tres cartas de éstas.
En un retiro en Uruguay una mamá le escribía al Señor: "Señor Jesús, yo tengo un serio problema con mi hija. Ella no tiene amor por tí como yo deseo. ¿Qué puedo hacer? Yo, Señor, con cariño espero tu respuesta porque mi hija tampoco me entiende. Confío en que tú me vas a ayudar". Petrona.
A los pocos minutos ella misma consignó la respuesta del Señor:
"Petrona, ten paciencia. Confía. Síguele hablando de mí. ¿Cómo quieres que ella crea en mí si tú antes no le habías hablado?" Jesús.
En un retiro en la Argentina un joven le escribe al Señor: "Señor Jesús: Yo te pido que me des paciencia para que no sea impetuoso y conteste con groserías como lo hice hoy. ¿Por qué hablé tan fuerte si no era eso lo que quería hacer? Señor, contéstame Ayúdame". Oscar.
Jesucristo le contestó:
Aprende a consultarme. Aprende a oírme más, no sólo en los apuros sino también en todos los momentos de tu vida, de cada día. Ofréceme todo. Ama más. "Tú tienes que cambiar. Te dejas llevar por tus impulsos como fuiste siempre. Usa más palabras de amor como las que usas con Virginia. Saca todo eso que tienes dentro que es lindo y me gusta". Jesús.
En un retiro en Ciudad Obregón, México, una señora escribió: "Señor Jesús, dime qué debo hacer en mi problema con mi esposo. Yo te platico a ti, Jesús amado. Hoy te pregunto: ¿Qué hago? Porque a ti no puedo engañarte y tú lo sabes que tengo siete años con este problema sin ver la solución y siempre he estado esperando en ti y no he sentido tu respuesta. Sólo tu silencio. Siento la soledad. Siento que me has abandonado en todos mis sufrimientos. He sentido todas las acusaciones sobre mí; se han hecho juicios muy severos y yo, Cristo Jesús, me siento inocente de lo que se me acusa y también arrepentida de mi pecado. ¿Qué hago? Hoy no me salgo de tu presencia hasta que me digas qué debo hacer y llevar tu respuesta. No quiero verte ensangrentado y crucificado por los pecados de mi compañero. Hoy quiero la solución y sé que me la darás". Margarita.
El Señor le contestó:
"Hija mía: Ven a mí. Hoy en este momento y día te doy la solución a tu problema. Unicamente tienes que hacer esto: declarar a tu esposo inocente delante de Dios. Estas dos personas que tanto daño te han hecho ponlas todos los días en la presencia de mi Padre que está en el cielo y decláralos inocentes y verás realizada la obra y planes de Dios que tiene sobre esta familia que Él está purificando". Jesús.
6. CUANTAS VECES SE HACE.
Tantas veces cuantas sean necesarias hasta recibir una respuesta del Señor a la necesidad pedida, hasta que Él ilumine la causa del mal. Se puede hacer en cada área de la vida que se necesite, para una circunstancia concreta o para sanar las heridas de ese día.
No existe tiempo preciso en cuanto a su duración. Varía mucho, de acuerdo a las circunstancias.
7. RESULTADO
Al descubrir la causa de nuestros males, el resultado lógico ha de ser que si ponemos en práctica lo que el Señor nos dice, va a realizarse en nosotros una transformación notoria. Si seriamente queremos saber la causa de nuestros males, Dios la revelará, y entonces:
- Seremos como un espejo que refleja la gloria del Señor, y así nosotros mismos llegaremos a ser más y más como Cristo porque cada vez tendremos más y más de su gloria (2 Cor 3, 18), y la gloria que reflejaremos será la gloria del rostro de Cristo que es la misma gloria de Dios, el Padre.
- Brillaremos con la luz de estrellas en medio de este mundo oscuro (Filp 2, 15) porque somos luz del mundo (Mt 5,14).
- Irradiaremos paz, tanto para nosotros como para los demás.
Terminamos con la siguiente carta que nos llegó del Caribe: 14/1/85
Estimados hermanos Blanca y Darío:
Me dirijo a ustedes para que sean portadores de la maravilla que el Señor ha hecho en mí en el retiro llevado a cabo este fin de semana.
Soy médico y tengo 20 años de matrimonio, durante los cuales fui muy infeliz e hice infeliz a mi esposo a causa de una frigidez sexual, que estaba arruinando nuestro matrimonio.
Pero el Señor ha tenido misericordia de nosotros después de tantos años de sufrimiento.
Comienzo diciéndoles que si no hubiese sido médico, la fortuna que hubiese gastado en honorarios no la hubiera tenido, pues visité ginecólogos y endrocrinólogos, los cuales me refirieron al psiquiatra, psicólogo, psicometrista, y éstos últimos me refirieron al sexólogo, pues todos los test que se me hacían indicaban que tenía un trauma sexual, el cual, el único que podría resolverme el problema era el sexólogo.
Después de hacerme todas las pruebas aquí en el país, me las hicieron en los Estados Unidos, pero todas resultaban infructuosas al igual que los tratamientos indicados, pues yo seguía con el mismo problema de frigidez.
Al conocer al Señor (hace 10 años) puse mí enfermedad en sus manos. En varias ocasiones me mostró esta escena que vi a la edad de 5 años (ahora tengo 45 años):
Una señora tenía dos hijas y se dedicaba a comercializar con ellas. Estaba yo en mi casa y vi cuando una de ellas salía corriendo, y detrás un hombre. La madre había hecho trato con el hombre, pero la joven no quería y salió huyendo; esto dio lugar a que él la tomara e hiciera el acto en pleno patio en la presencia de varias personas que en ese momento pasaban por el lugar. Esta escena se me presentaba en varias ocasiones.
Cuando Blanca Ruiz nos puso a hacer el baño de luz, yo dije: Le voy a preguntar al Señor por qué la frigidez está acabando con mi matrimonio. Cuando ya iba a hacer mi pregunta, de improviso, se me presentó la escena anteriormente citada. Entonces le dije: Señor, ¿por qué veo esto si no es eso que quiero saber?
Él me contestó porque esa es la causa de la frigidez que tú tenias. Yo me sorprendí al oír "que tú tenias", y me sorprendí doblemente cuando verdaderamente me di cuenta que ya no había tal frigidez. El sábado en la noche, al regresar del retiro mi esposo y yo nos unimos en el acto conyugal y esta vez todo fue distinto a lo ocurrido en ocasiones anteriores, Estamos viviendo una verdadera luna de miel, pero una luna de miel distinta a la común pues nuestros queridos hijos están saboreando también de ella, porque ya no ven los padres de caras amargadas, sino sonrientes y una madre que se ve y se siente libre, y no aquella madre de cara dura, ya que no podía esconder lo que me pasaba.
Se me olvidaba contar que en la escena vi, cuando el Señor cogía de la mano a la madre, a la joven y a mi mamá, y le pregunté
- Señor, ¿a dónde las llevas? Él me contestó:
- "A perdonarlas y a llenarlas de amor"; y le pregunté de nuevo:
-¿ Y por qué mi madre, Señor? "Porque en tu interior, el rechazo que tenias a tu madre era debido a que tú la culpabas por no atenderte debidamente en ese tiempo". Mi madre estaba atendiendo en ese momento una tienda con la cual ayudaba a mi padre para nuestro sustento (5 hijos en esa ocasión).
Luego pregunté:
¿ Y el hombre que sedujo a esa joven?
Él me dijo: "Lo tengo entre mis brazos".
Vi la imagen de Jesús como si tuviera un niño en los brazos meciéndolo. Escribo este testimonio que no podía darlo ante el público. La gloria y alabanza para el Señor que libera a los oprimidos y a los hogares, y para ustedes bendiciones del Señor para que los siga utilizando en su viña.
Una liberada por el Señor.
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