Reflexión Mariana
Jesús, con su Vida, Pasión, Muerte y Resurrección, conquistó para los hombres infinitas gracias y dones, que aplica a aquellos que se lo piden. Pero los aplica a través de María, y es Ella la que da la mejor parte, la mejor porción a sus devotos hijos y fieles. Debemos acudir, pues, a María, para pedir toda clase de favores celestiales, porque es Ella la que los distribuye y así nunca estaremos hambrientos sino colmados de toda gracia. Dios juntó todas las aguas y las llamó “mar”, juntó todas las gracias y las llamó “María”. ¡Con qué confianza tenemos que ir a los pies de esta Reina y pedirle todo lo que nos hace falta! Pero si nuestra confianza en María es muy grande, entonces recibiremos tantas y tales gracias que ni siquiera nos podemos imaginar. Hagamos la prueba y veremos los resultados.
Felipe de Urca -Jardinero de Dios-
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