Carta de Jesús
Te he esperado en aquel niño que viste jugar, en aquel joven que viste soñar, te esperé en el mendigo de la calle, en el anciano triste y cansado pero no llegaste a Mí.
Y me acerqué más a ti y te llamé por tu madre, aquella anciana cansada de tanto mimarte, servirte; aquella anciana a quien tantas veces viste triste, enferma, dolida pero a quien aún así no diste cariño.
Te esperé… por aquel anciano con manos callosas y hombro cansado a quien has olvidado que se llama papá; y que quise ser tu hermano, quise ser tu amigo pero no me dejaste.
Y llegó el día y el sol te alumbró, te dio calor pero tú ni cuenta te diste, y fui al aire que te dio vida, el agua que calmó tu sed, pero seguí esperando y llegó la noche, alumbró la luna y seguí esperando mientras tú dormías y te velé en la noche y cuidé tus sueños, pero no llegaste.
Y hoy sigo esperando en una cruz clavado, donde tanta sangre Yo he derramado; fue una corona de espinas la que en mi cabeza han colocado y una lanza que me atravesó el costado.
Hoy te sigo esperando aquí… Ya no quiero estar triste en esta cruz, quiero estar en tu corazón, llévame contigo y nunca te fallaré.
Tu amigo Jesús.
(Ninfa Duarte)
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