UN CRISTIANO..
Cuenta una anécdota que un cristiano, que amaba mucho a la Virgen, todos los días hacía su visita puntual y breve a su altar pero que, su vida, tenía dos dimensiones muy distintas: era tremendamente fervoroso y doloroso cuando se encontraba frente a la imagen mariana pero... era, por oposición y contraste, indiferente y distante con aquellas personas y situaciones que en el día a día requerían su apoyo, consejo, ayuda, etc. Un día, como todas las mañanas lo hacía, se acercó hasta la iglesia a la misma hora y con la misma fe. Y, cual fue su sorpresa, descubrió estupefacto que la imagen de la Virgen había desaparecido y que, en su lugar, había una nota escrita con mano celestial que decía: “estoy en la calle ayudando a uno que no puede llevar su cruz... si quieres puedes venir a verme y... de paso, me ayudas”.
(Pequeñas Semillitas)
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