Nuestro querido amigo Roberto, quien durante muchos años ha estado llevando peregrinos a Medjugorje desde México, compartió recientemente con nosotros este bello testimonio. Se trata de Carmen, quien vive cerca de Ciudad Valles en Tamaulipas. Ella fue a Medjugorje con su grupo para el Aniversario en el verano pasado y comenta:
"Yo me resistía a ir a Medjugorje, pero mi hermana insistió. Como Ud. sabe, estuve casada por más de 20 años con un hombre maravilloso. Para mí fue el primer matrimonio, pero el segundo para él (estaba divorciado de su primera mujer). Desde el momento en que nos casamos, sufrimos bastante. Fuimos Nuestra familia se apartó completamente de nosotros. El sacerdote local de nuestro pequeño pueblo nos dijo que vivíamos en pecado. A mí me costaba trabajo creer que era un pecado y es que mi esposo era un hombre maravilloso y fiel en todos los aspectos.
"Hace dos años, mi esposo murió. Me he sentido muy sola desde entonces. Mi hermana me presionó para que me acercara a la Iglesia, pero cada vez que trataba, sentí algo dentro de mí que me detenía. Sentía vergüenza y además me sentía herida por aquellos que me habían señalado, aunque decían amar a Dios. Me mantuve lejos de la Iglesia.
"Cuando mi hermana me invitó a acompañarla a Medjugorje, no me emocioné aunque acepté la oportunidad de hacer algo diferente a mi rutina diaria. Como podrá recordar, le dije que la sola mención de orar me daba náuseas y aunque quería viajar, no quería ir de peregrinación. Con todo, me encontré viajando a Medjugorje para el 20 aniversario de unas apariciones en las que ni siquiera creía! En todo momento traté de escaparme de las actividades, especialmente la oración, la Adoración o la Misa, pero usted siempre me invitó a unirme si quería. Aunque resentí la invitación, en el fondo quería unirme a ustedes porque parecía tan seguro de lo que decía de la Virgen. Ud. fue la primera persona que no hizo hincapié en los milagros de Medjugorje, sino más bien en los mensajes de amor que la Virgen tiene para todos nosotros y eso me hizo sentirme más cómoda.
"Al bajar del barco en Split, me sentí mareada y me odié a mí misma y a mi hermana por haberme llevado. Pero cuando llegamos a Medjugorje sentí como que algo especial se movía en mi corazón. Después de hablar con Ud. en el autobús, algo dentro de mí me dijo que me diera una oportunidad. Ud. había mencionado que la Virgen había venido para hacerse cargo de sus hijos enfermos de una manera especial y me compartió su propia conversión. También me dijo que no buscara signos en el cielo, ni en la naturaleza, sino que mirara en mi interior, que abriera mi corazón los próximos cuatro días que estaría en Medjugorje. Yo quería hacerlo con todas mis fuerzas. Cuando Ud. me señaló la colina de las apariciones, sentí que algo dentro de mí me impulsaba a subir. Y a pesar de que me choca escalar montañas, subí con nuestro grupo rezando el Rosario (el cual estaba aprendiendo otra vez!). En la cima, sentí el deseo de estar a solas, así que me dirigí a una cruz de madera, lejos de donde estaba sentado el grupo y me quedé ahí.
"Estaba profundamente ensimismada, deseando saber si mi esposo se había ido al cielo. El fue un buen hombre y recé por él. Cuando me disponía a irme, voltee buscándolo a Ud. y al grupo, pero ya se habían ido. Así que consternada comencé a buscar a alguien que me ayudara a encontrar el camino para bajar. Comencé a caminar y entonces vi a un sacerdote, y le pregunté si hablaba español. Para mi sorpresa me dijo que sí, así que le pregunté qué camino tomar para bajar de la colina. El me preguntó por qué me iba y yo le dije que ya había visto el lugar. Me contestó que yo no estaba ahí para ver, sino para orar, puesto que ése era el único modo como realmente podría ver con los ojos de mi corazón. Me sentí a gusto con él y le respondí que ya había orado. Pero él me dijo que necesitaba orar más. Fue entonces que me di cuenta que le estaba hablando a un sacerdote en español! Me alegré de poder hablar con alguien más que el sacerdote que acompañaba a nuestro grupo, puesto que sentía vergüenza de expresarle mis pensamientos. También recordé que Ud. me dijo que le pidiera a la Virgen que pusiera a un sacerdote santo en mi vida, a fin de que él pudiera ayudarme a distinguir mis sentimientos y abrir mi corazón. Así que pensé, "¡Qué rápido contestó a mi llamado!"
"Le pregunté a este sacerdote si podía hablarle sobre mí y entonces comencé a contarle sobre mis dudas, mi vida, mi esposo, mis hijos y mi viaje a Medjugorje. Le describí mi profundo deseo de acercarme a la Eucaristía y le compartí mi miedo de que eso pudiera ser un pecado, puesto que había estado casada con un hombre divorciado. Le expliqué que yo amaba a mi esposo. Fue curioso, porque le hablé y le hablé, y él escuchó con una atención increíble, nunca me interrumpió. Cuando terminé, el me miró a los ojos con una mirada que nunca olvidaré, una mirada profunda que estaba llena de compasión y de amor, el amor de alguien que está ahí sólo para ayudar. Entonces él me habló de la importancia de la Reconciliación y el regalo tan increíble que es para nosotros y cómo Jesús extiende Sus manos a fin de abrazar todos nuestros pecados y sanar nuestros corazones. El me recordó algunos pasajes del Evangelio, tal como la curación del hombre paralítico y el perdón a María Magdalena. Yo le pregunté si él creía en las apariciones. Me dijo que una madre siempre buscaría a sus hijos, especialmente cuando estaban enfermos. Y que la humanidad está enferma hoy en día, habiendo perdido la fe, pero que si oramos y ayunamos y vivimos de acuerdo al Evangelio, entraremos en un mundo hermoso. El me dijo que necesitamos tener fe y que por medio de la oración, la fe se volverá más fuerte.
"Comenzamos a bajar la colina hacia la calle y después de un rato me di cuenta que le había contado toda la historia de mi vida, que necesitaba pedirle su bendición y el perdón a mis pecados. El me miró y puso su mano sobre mi cabeza. Me dijo que fuera a confesarme con un sacerdote, que buscara una confesión sacramental. Le pregunté si él podría confesarme y él me dijo que ya habíamos hablado, pero que ahora tenía que ir a la confesión antes de la Misa, durante el Rosario. Me dijo que buscara a un sacerdote en la segunda puerta de los confesionarios exteriores.
"Esa tarde tomé el Rosario que Ud. me dio y me fui directamente al confesionario que el sacerdote me indicó, esperando encontrarlo ahí. Pero para mi sorpresa, encontré a un sacerdote de Argentina (creo) y recibí el sacramento de la Reconciliación. ¡Fue como un bálsamo para mi corazón! Realmente pude sentir la curación de todas mis heridas. Tuve la sensación de pertenencia a Dios y a Jesús y comencé a llorar y llorar. Ya era hora de comulgar cuando dejé de llorar y por primera vez en más de 20 años, recibí la Eucaristía, ¡bendito alimento! Recuerdo el pasaje del maná del cielo y, sí, ¡estuve caminando en el desierto sin este alimento maravilloso!
"Esa noche, mientras caminaba con Ud., contándole acerca de este suceso maravilloso, vi una fotografía en una pequeña estampa del sacerdote al que le había hablado ese día en la colina. La señalé y le dije que ése era el sacerdote del que le había estado contando. Recuerdo que su rostro cambió y mostró una expresión rara, pero sin decir una sola palabra, se excusó con el pretexto de ir a buscar unas medallas en la tienda. Vi que sus ojos estaban húmedos.
"Ahora entiendo que Ud. no quiso decirme quién era el sacerdote. Pero mi hermana me contó que era el Padre Slavko, un sacerdote santo que murió en Noviembre [del año pasado]. Gracias por no habérmelo comentado en ese tiempo, porque no lo hubiera entendido. ¡Ahora puedo salir al mundo para compartir el increíble amor que he recibido de mi Señor Jesús y el don increíble que mi Señora me dio en su aniversario!
"Ahora oro y ayuno y asisto diariamente a Misa. De ningún modo voy a perderme la Eucaristía después de todo lo que he perdido durante tantos años. Quiero reparar por esos años perdidos. Rezo para que Ud. continúe llevando a Medjugorje y a la Virgen a muchas personas como yo que caminan en tinieblas. También rezo por mi madre que murió hace 10 años. Fue una mujer muy piadosa y cuando yo le preguntaba por qué rezaban tanto, ella simplemente me decía que algún día lo entendería. Y ahora lo entiendo, sus oraciones me trajeron la luz 10 años después. Ahora puedo reconocer el valor de todas mis oraciones. Cada día 2 del mes, me levanto a las 4:00 AM para orar junto con Mirjana y la Virgen por los no creyentes. Pido por todos los que tienen el corazón trastornado y especialmente por aquellos que actualmente hacen la guerra. Estoy segura de que si nosotros ayunamos y oramos, ellos se convertirán y, sí, el Corazón de la Virgen y el Sagrado Corazón de Jesús triunfarán.
"Comparta mi experiencia si esto puede hacer algún bien. Y gracias."