Señor, haz de mí un instrumento de tu solidaridad... Donde haya hambre, que yo regale tu pan y enseñe a conseguirlo honradamente. Donde no haya techos o estén rotos, que yo trabaje por viviendas dignas. Donde haya desaliento o inhibición, que yo fomente la participación y la esperanza. Donde haya niños desescolarizados, que yo busque los recursos necesarios. Haz que no busque mi vanidad, sino el bien de mis hermanos; que no promueva el agradecimiento hacia mí, sino su dignidad; y que mi satisfacción consista en haber amado con obras. Gracias, Señor, porque cuanto más doy, más recibo; cuanto más trabajo, más ayudo; cuando menos me busco a mí mismo, más eficaz soy; más resucitas Tú en mí, porque Tú eres... “la solidaridad”.
Patxi Loidi
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