Es momento de orar Una noche de 1968 el piloto de un avión de pasajeros con destino a Nueva York se dio cuenta de que el tren de aterrizaje estaba trabado. Al acercarse cada vez más a su destino, continuaba luchando con los controles tratando de que las ruedas bajaran a su lugar, pero sin éxito.
Dando vueltas alrededor del aeropuerto, pidió instrucciones a la torre de control. El personal de tierra, respondiendo a la inminente crisis, roció la pista con espuma y los vehículos de emergencia se colocaron en posición. Le dieron instrucciones al piloto de que aterrizara lo mejor que pudiera. Se les pidió a los pasajeros que se prepararan para lo peor y se colocaran en posición de descenso.
Momentos antes del aterrizaje el piloto anunció por el intercomunicador: -"Estamos comenzando nuestro descenso final. De acuerdo con los códigos internacionales de aviación establecidos en Ginebra, es mi obligación informarles que si creen en Dios, deben comenzar a orar".
Entonces el avión hizo un aterrizaje de barriga y milagrosamente se detuvo sin causar daños a los pasajeros.
Si aquel piloto no se hubiera encontrado en una crisis ese día, sus pasajeros nunca hubieran sabido que en aquel avión había reservas ocultas para la oración. Pero, ¿no ocurre lo mismo con la mayoría de las personas? Mientras todo va bien, rara vez piensan en hablar con Dios. Mas cuando el asunto es de vida o muerte, se vuelven a Él para pedir ayuda.
¿Por qué tenemos que esperar que las cosas se compliquen para orar?
(Autor desconocido) Recibido de Ana Aguirre
Agrego una reflexión personal:
Lo anterior es un relato imaginario que bien sirve para comprender el inmenso poder de la oración, que supera largamente lo que nosotros mismos suponemos, y que muchas veces ni siquiera utilizamos con la frecuencia y la devoción con que deberíamos hacerlo, y sólo dejamos reservado para momentos límites o situaciones críticas de nuestra vida.
Y justamente estamos viviendo en el mundo una serie de situaciones muy difíciles: el fenómeno de calentamiento global del planeta con sus graves secuelas ambientales, los huracanes, los terremotos, las epidemias descontroladas, las sequías, las hambrunas, las guerras, el narcotráfico que siembra de drogas el mundo y destruye generaciones enteras de jóvenes, la pornografía, la prostitución y la relajación de las costumbres morales, la corrupción escandalosa de los gobiernos, etc. etc. son apenas algunas de las cosas gravísimas que estamos viviendo en estos tiempos que hasta parecen apocalípticos.
Ante todo esto nuestra actitud debe ser volver la vista a Dios y a las divinas enseñanzas de su Hijo Jesús. Y necesariamente debemos recurrir a la oración. Hace ya mucho tiempo que la Santísima Virgen, en sus apariciones o mensajes que periódicamente entrega en diversos lugares del mundo, nos viene advirtiendo sobre la necesidad de conversión y de oración…. ¿Qué estamos esperando para hacerle caso?
Como en el relato imaginario del avión que aterrizó en emergencia, veamos claramente que nosotros también estamos en situación crítica y en tiempo de hablar con Dios. El camino y la forma de hacerlo es muy simple: oración… oración… oración…!!!!
-Felipe-
Pequeñas Semillitas
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