
Deja Ir...
Dejar ir y dejar a Dios actuar requiere confianza de mi parte. Confío, porque en lo profundo de mi corazón sé que Dios es todopoderoso y omnipresente.
Siempre hay un plan de orden divino activo en mi vida. Sin embargo, cuando no puedo percibir cómo las piezas de la vida engranan unas con otras, tal vez deba recordar que hay respuestas divinas para este rompecabezas que quizás nunca haya imaginado.
Comparo esta confianza como ver un barco navegando hacia el horizonte. Según desaparece de mi vista, dejo ir su imagen, pero sé que todavía existe y continúa navegando.
Aunque haya navegado aguas tormentosas en la vida, confío en que Dios me guía. Consciente de Dios, dejo ir el querer saber todos los detalles de una solución.
“En Dios, cuya palabra alabo, … en Dios he confiado. No temeré.”
Salmo 56:10-11