
¿Acaso parece que faltara algo en mi vida?
Tal vez hay un vacío que he tratado de llenar, pero cuanto más lo he intentado, tanto más grande se ha hecho la sensación de vacío. Tal vez lo que ansío es el Espíritu Santo, que llenará cualquier vacío. Jesús habló de un "agua viviente" que sacia toda sed. Esta agua viviente está a disposición de todos: es el Espíritu Santo. La taza que sostengo para que sea llenada está formada por el concepto que tengo de mí como ser espiritual, receptiva y abierta a la actividad de Dios. No me preocupa el tamaño de mi taza ni la intensidad de mi sed, pues abrevo en una fuente que jamás se seca. El Espíritu Santo me colma.
"El que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna".
Juan 4, 14


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