Ya lo sé. No me lo digan. La cuaresma es un camino. Camino de tentación y de triunfo. Camino de lucha y esfuerzo. Es de los caminos que me gustan. No me gustan los caminos hechos. No me gustan los caminos andados. No me gustan los caminos cortos. No me gustan los caminos de todos.
Me gustan los caminos de Dios, Que también son mis caminos. Me gustan los caminos que exigen esfuerzo. Los caminos que requieren valentía. Los caminos que exigen decisión.
Por eso me gustan los caminos de cuaresma. Esos que requieren conversión. Esos que exigen cambiar de corazón. Esos que requieren cambiar de cabeza. Esos que exigen cambiar de vida. Y que cuando lleguemos al final El sea nuevo para nosotros Y nosotros nuevos para El.
Me gustan los caminos de cuaresma. Son los caminos que Dios nos pone por delante. Son los caminos que El anduvo primero. Son los caminos que El anda con nosotros. Son los caminos que El anda a nuestro lado.
Caminos en los que Dios cae, cuando yo caigo. Caminos en los que Dios se levanta, cuando yo me levanto. Caminos en los que Dios se cansa en mis cansancios. Caminos en los que Dios sonríe en mi propia alegría.
Pero los caminos de la Cuaresma No los quiero andar solo. Te necesito a mi lado. No quiero llegar solo la final. Quiero llegar contigo. Que si me canso, cuente con tu mano. Que si me fatigo, escuche siempre tu voz. Que si me voy quedando, alguien me empuje. Por eso te necesito a ti. Por eso me necesitas. Por eso nos necesita Él.
Y cuando lleguemos a la Pascua, Sintamos que no hemos andado en balde. Que no hemos corrido por gusto. Que no hemos luchado inútilmente. Y sentiremos que bien valió la pena. Porque habrás hecho de nosotros, Los primeros testigos de tu Resurrección. Y se lo contaremos a los demás. Y se lo diremos gozos a todo el mundo: “Lo hemos visto”. “Y está vivo”. “Lo conocimos al partir el pan”. “Se nos apareció”. “Y vimos sus llagas”. “Y tocamos su costado”. Aleluya.
(Clemente Sobrado C.P.)
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