Domingo 3º de cuaresma
"Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna" (Jn 4,5-42)
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19º día de cuaresma
No siempre, a la primera, se consigue que los ideales se hagan realidad. El ser iglesia, por ejemplo, en el momento que nos preocupa, no es algo que preocupe en primera instancia, no ya a gente agnóstica o atea, sino incluso –y esa es la gran cruz que soportamos muchos agentes de pastoral- de personas que fueron bautizadas en su seno, que han comulgado el pan partido en sus miles de altares, que han recibido la fuerza del Espíritu Santo en la Confirmación, que –adentrándose por el pasillo central de una iglesia- dijeron “sí” (con todo lo que ello implica) en el matrimonio. ¿Dónde están ahora? ¿Por qué no siguen amando a la iglesia que les dio el secreto y el hijo de sus entrañas: Cristo?
¡Paciencia! ¡Paciencia y más paciencia!
INTERPELACIÓN PARA EL DÍA
¿Somos pacientes o nos desmoralizamos ante la situación complicada que estamos padeciendo por la anemia espiritual de cristianos que viven como si no lo fueran? ¿Rezamos por ellos?
Da vuelta otra hoja el libro de mi vida. ¿Qué me traerá, Señor? Lo que Tú quieras Señor. Pero te pido fe para mirarte en todo. Esperanza para no desfallecer. Caridad perfecta en todo lo que haga, piense y quiera. Dame paciencia y humildad. Dame desprendimiento y un olvido total de mi mismo. Dame, Señor, lo que Tú sabes me conviene
y yo no sé pedir. Que pueda yo amarte cada vez más,
y hacerte amar de los que me rodean. Que sea yo grande en lo pequeño. Que siempre tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas, el pié dispuesto. Derrama, Señor tus gracias
sobre todos los que quiero. Mi amor abarca el mundo y aunque yo soy muy pequeño, sé que todo lo colmas con Tu bondad inmensa. Amén.
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Javier Leoz