Simón de Cirene
(El que ayudó a Jesús en el Camino hacia el Calvario)
Iba yo camino a los campos cuando Lo vi llevando su cruz, seguido por multitudes. Entonces también yo caminé junto a Él. Su pesada carga Lo detuvo varias veces, porque su cuerpo estaba exhausto.
Entonces un soldado romano se me acercó diciendo:
"Ven, tú eres fuerte y fornido; lleva la cruz de este hombre".
Cuando oí estas palabras sentí dentro de mí como si el corazón se me ensanchara y quedé agradecido.
Y llevé su cruz... Pesaba mucho, porque era de álamo impregnado por las lluvias del invierno.
Y Jesús me miró mientras el sudor de su frente caía sobre su barba.
Él volvió a mirarme y me dijo:
"¿También tú bebes de ésta copa?. La beberás en verdad Conmigo hasta el fin de los tiempos".
Diciendo esto, puso su mano en mi hombro libre y marchamos juntos hacia el Monte del Calvario.
Pero yo no sentía el peso de la cruz, sino solamente su mano.
Y era como el ala de un pájaro posada sobre mi hombro.
Luego alcanzamos la cima; y ahí era donde iban a crucificarlo.
Y entonces sentí el peso del leño.
No profirió palabra alguna mientras hundían los clavos en sus manos y pies, ni lanzó el menor gemido.
Y sus miembros no temblaron bajo el martillo. Parecía como si sus manos y pies hubieran muerto y que sólo hubieran vuelto a la vida al bañarse en su sangre.
Sin embargo, también parecía como si buscara los clavos lo mismo que el príncipe busca el cetro; y que Él ansiaba ser elevado a las alturas.
Y mi corazón no sintió piedad de Él porque ya estaba colmado de asombro.
Ahora el hombre cuya cruz yo había llevado se había convertido en mi cruz.
Si me hubieran dicho otra vez: "Lleva la cruz de Ese Hombre", la habría llevado hasta que mi camino terminara en la tumba.
Pero habría suplicado que posara su Mano en mi hombro.
Esto sucedió hace muchos años; y sin embargo, cada vez que en el campo sigo tras el surco y en ese instante de somnolencia que precede al sueño, pienso en ese Hombre bienamado.
Y siento su mano alada, aquí, sobre mi hombro izquierdo".
Tomado del libro "Jesús, Hijo del hombre" de G. Khalil Gibrán