Meditación breve
Sólo hay una fórmula para tener amigos: ser amigables. Dar para recibir, amar para ser amado. La amistad no se impone a la fuerza, es flor que brota espontánea en el jardín de la bondad. Es fruto de la sinceridad, el desinterés, el respeto y la lealtad.
Amigo es quien te dignifica. Con el amigo eres más, no eres menos. El amigo te corrige y no es cómplice de tus fallas.
El tesoro de la amistad lo hallan los que aman a Dios y en Él tienen el mejor amigo. Sin espiritualidad la barca de la amistad naufraga en el mar del materialismo.
Algunos con ceguera tratan como amigos a sus enemigos, camaradas de vicios y ruindades. Gozas la amistad si creces en bondad e irradias optimismo, si eres honesto y apacible.
Sé generoso y no sufrirás una soledad desesperante. Como amigo evita los celos y la posesividad. Deja al otro ser él mismo sin pretender que sea tu copia.
La amistad no tolera la posesividad porque respeta la libertad sin el freno del egoísmo
Gonzalo Gallo González
|