"La multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común." Hechos 4:32 (RV 60) Unidad
Se acera el mundial y todo se tiñe de celeste y blanco. Las propagandas en la tele asocian a hincha vestidos con los colores de Argentina con momentos de gloria de nuestro football, para transmitir el concepto de pasión por una misma causa. Y es notable como la imagen se va fijando en nuestras mentes. La hinchada antes del mundial están vestidos todos iguales, cantando las mismas canciones, alientan al mismo equipo. No importa la parcialidad del equipo local del cual son fanáticos. Transitoriamente, no importa si sos hincha de Boca o de River, de Racing o de Independiente, de Belgrano o de Talleres, lo que importa es la selección.
El football tiene esta grandeza de unificar lo que cuesta juntar. Y consolida en un solo corazón toda la esperanza de una gigantesca tribuna. ¿Cómo hacés para que 50 mil personas canten el mismo cantito a la vez? Solo puede suceder en una cancha de football.
Lucas toma este concepto, sin haber estado jamás en un mundial, y lo deposita en la iglesia primitiva. Rescata que esta comunidad tenía esta misma virtud. Tenían un solo corazón y una sola alma. Sentían pasión, se emocionaban, cantaban, lloraban, hablaban de un mismo tema. Había algo que unificaba lo irreconciliable y que permitía que personas distintas estén unidas. El esclavo estaba en el mismo banco de la iglesia que su amo. El ex presidiario compartía el banco de la iglesia con el guardia cárceles. El fariseo se sentaba al lado del simple pescador de la laguna.
El factor de unión para ellos no era la camiseta de la selección, sino en quien habían creído. Jesucristo unificaba las diferencias y permitía que coexistan en la misma iglesia tantas diferencias.
Pasaron dos mil años de aquel texto, y hoy vemos que esto no es una realidad. Hay diferencias, problemas, divisiones, pensamientos distintos y la iglesia parece un ring de boxeo. Vamos para pelear, a ver quien tiene razón, a defender nuestro pensamiento. Y nos olvidamos que Jesucristo creó la iglesia para que se mantenga unida. Para que tenga el poder de la hinchada en el estadio. Para que demuestre Su Poder. Que no seas vos el que rompa la unidad en la iglesia.
REFLEXIÓN – Depende de vos.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany
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