Todo esto se ha dado, porque hemos sido alentados, tal vez inconscientemente, a seguir viviendo en la ignorancia espiritual de la Palabra de Jesús para seguir enseñanzas y mandatos de hombre, situaciòn que no nos ha proporcionado ninguna luz en el conocimiento espiritual acerca de nuestro ser trínito semejante a Dios, ya que se basan fundamentalmente en los conocimientos de sabiduría humana, sin duda, muy importantes para el desarrollo físico y material del hombre; salpicado de conocimientos religiosos y espirituales de aquí y de allá afianzados por su libre albedrío para recibir la misericordia y el amor de Dios.
Muchos de estos estudios nos dicen que somos lo que pensamos, es decir, si pensamos como mediocres, mediocres seremos, si pensamos como triunfadores eso mismo seremos, y si pensamos como dioses, dioses seremos.
Debemos de guardar las distancias adecuadas respecto a ser como dioses, porque verdaderamente, si al pensamiento transformador lo sacamos del mundo mental y lo ubicamos en el mundo material y ya allí, le añadimos la acción correcta y adecuada, indudablemente eso nos impulsará a lograr lo que queremos, y si no lo hacemos así, ese pensamiento transformador que tuvimos se quedará en uno más de esos pensamientos de los que mucha gente presume, pero, referente a ser dioses, según la Palabra, se refiere más que nada, a guardar obediencia a la Palabra de Dios para que su poder se manifieste a través del hombre para construir, no destruir, para dar paz, no contienda, para dar amor y no odio, es decir, podemos transformar la obra de Dios para beneficio del hombre y no para destrucción de él mismo.
No pretendamos creer que podremos igualarnos a Dios porque jamás lo lograremos, ya que Dios es el Unico y Real Creador, y si lo vemos de ésta manera, el hombre jamás podrá crear algo no creado, es decir, algo que a Dios se le haya olvidado crear. ¿ Se le olvidaría algo? .- Reflexione -.