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13 de mayo de 2001
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UNA SEÑORA MAS BRILLANTE QUE EL SOL
BEATOS FRANCISCO Y JACINTA, LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA
SI LA IGLESIA ACEPTÓ EL MENSAJE DE FÁTIMA ES PORQUE ÉSTE CONTIENE LA MISMA VERDAD Y EL MISMO LLAMAMIENTO QUE EL DEL EVANGELIO. Juan Pablo II
1. "¿Quién es ésta que se asoma como el alba, hermosa como la luna y límpida como el sol, terrible como escuadrón a banderas desplegadas? Cantares 6,10.
"Arrepentíos, que ya llega el reinado de Dios" Mateo 3,2.
"Velad y orad para no caer en la tentación. El espíritu está pronto, pero la carne es débil" Mateo" Mateo 26,41.
2. El 13 de mayo de 1981, festividad de la Virgen de Fátima, el Papa sufrió un atentado en Roma. Desde entonces la imagen de la Virgen de Fátima tiene en su corona la bala que fue extraída del vientre de Juan Pablo II. El 13 de junio de 1994 el Papa, reunido en Roma con los Cardenales de todo el mundo, dijo: «A mí se me ha dado comprender, de modo especial, el mensaje de la Virgen de Fátima; la primera vez el 13 de mayo de 1981 en el momento del atentado a la vida del Papa, y después de nuevo hacia final de la década de los ochenta con ocasión del hundimiento del comunismo en los países del bloque soviético. Pienso que se trata de una experiencia bastante transparente para todos».
3. Hemos contemplado estos últimos años el desmantelamiento imprevisto del marxismo en los paises del Este europeo, sojuzgados por él durante 73 años. Se ha cumplido hasta el último ápice la profecía de la Señora de Fátima: Rusia se convertirá. Por fin mi Corazón Inmaculado triunfará. Hay que entender la conversión de Rusia, en su carácter de atea y beligerante contra Dios y la religión, no en una conversión individual de cada persona, que esa no se da ni en Roma.
4. El caso es que aparte de la apertura de los templos y catedrales, hay datos significativos como el de la felicitación de Vladimir Putin, recién elegido Presidente de Rusia, al archimandrita Ioann Krestyankin, quien el pasado 11 de abril de 2000, se encontró con la sorpresa de recibir una expresiva carta del presidente, en su noventa cumpleaños. El archimandrita Ioann, monje en el Monasterio de las Cuevas Pskov, cercano a la frontera con Estonia, atrae la devoción de muchos ortodoxos que lo consideran un monje que ha recibido el don del discernimiento espiritual. «Su vida -dice el presidente Putin en su carta- es un ejemplo de una gran y auténtica actividad y un sincero servicio a la Iglesia Ortodoxa Rusa, de un esfuerzo por reforzar la fe y el espíritu de nuestro pueblo». «Todos los rusos ortodoxos-añade- le conocen y le aman. Seguramente gracias a maestros como usted, Rusia está retornando a sus raíces espirituales y morales». El ha sobrevivido a la represión comunista contra la Iglesia y a los rigores de la vida ascética, como subraya Putin. Es la primera vez en su vida que los medios de comunicación rusos se ocupan de él. El mensaje de felicitación de Putin es un hecho extraordinario, pues desde el zar Alejandro III y Nicolás II, que felicitaron al santo Ioann de Kronshtadt, que murió en 1908, ningún «starets» había recibido una felicitación oficial. El monasterio del archimandrita Joann, ha sido el centro espiritual de la vida ortodoxa no oficial en la URSS. Hasta su anexión a la Unión Soviética, en 1940, pertenecía al territorio de Estonia, y permaneció abierto durante el período comunista. El archimandrita Ioann dio su bendición a todos aquellos que preferían la tortura, la privación y los campos de trabajos forzados, a la sumisión a las autoridades ateas.
5. En el año 1917 se implantó en Rusia la dictadura del comunismo materialista y ateo de carácter estatal. Lenín y Troski pensaban y ambicionaban dominar el mundo formando un supremo estado totalitario y ateo. Caida Rusia en sus garras, su plan se dirigía a conquistar España y Portugal para, dede allí, dominar toda Europa. El año anterior, 1916, Dios comenzó también a trazar su estrategia. Y así como para la Encarnación envió a un ángel, para anunciar este plan envió a Aljustrel, en Fátima, al Angel de Portugal, para preparar a los instrumentos de sus planes, que eran tres humildes pastorcitos, Jacinta, Francisco y Lucía, de 7, 8, y 10 años. Cuando nació Jesús, ¿a qué reyes famosos suscitó el Señor, para que le adorasen? Es el mismo Evangelio quien nos responde: «Había en la región unos pastores...» (Lc. 2, 8).
6. Fátima, 1917. Cristo quiere enviar a su Madre para dar un mensaje al mundo. ¿Quién lo recibirá? El plan de Dios sobre los hombres no ha variado: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a los pequeñuelos» (Mt. 11,25). Lucía, la mayor, diez años, es la última de los seis hijos de Antonio y Maria Rosa dos Santos. Francisco, primo de Lucía, nueve años, es hijo de Pedro Marto y Olimpia de Jesús. Jacinta, siete años, hermana de Francisco, son los más pequeños de once hermanos. No son santos de leyenda: en su nacimiento ni hubo voces ni señales misteriosas, ni amor a la soledad, ni seriedad impropia de la niñez. Niños sanos y robustos, crecidos en el campo, eran poco inclinados a visiones enfermizas.Tímidos y alegres, como hijos del pueblo humilde. Ninguno de los tres sabía leer ni escribir. Tienen sus virtudes... Carecen de malicia, son puros y sencillos de corazón. Con la franqueza y la confianza de la niñez: «¿De qué país es usted?», le preguntarán a la visión celeste. Obedientes y amantes de sus padres: sólo una fuerza sobrenatural podrá atraer a Lucía hacia el prado de las apariciones, contra la prohibición de su madre. Tienen sus defectos. Como todos los niños, son naturalmente inclinados al egoísmo y a la comodidad. Ninguno de ellos ha nacido santo. Francisco revela siempre un carácter varonil, muy fuerte, en ocasiones violento. Jacinta, la pequeña de la casa, está acostumbrada a los mimos y pequeños caprichos de niña consentida.
7. RELATO DE LAS APARICIONES, DIRIGIDO POR SOR LUCÍA AL OBISPO DE LEIRÍA
—Hay muchos libros sobre Fátima, le preguntan a Lucía los dos Cardenales que la entrevistaron. ¿Cuál recomienda como el más auténtico? ¿Sus propias memorias?—Sí, hay muchos libros. Yo no los tengo todos: Mis memorias continúan siendo el libro más correcto, a pesar de contener algunos errores de fechas y lugares, porque originalmente, no tenía la intención de que las memorias fueran publicadas. Voy a seguir pues el relato de Lucía, que después de muertos los dos videntes más niños, Lucía, carmelita ya en Coimbra, presentó a petición del Obispo de Leiría, Don Alberto Cosme do Ameral, una Relación que nos importa recordar en esta importante efeméride. Estas memorias de Sor Lucía son el relato más correcto y auténtico de las apariciones de Fátima:
8. UN ÁNGEL PRECURSOR PREPARA A LOS TRES PASTORCITOS.
Primera aparición: «Soy el Angel de la Paz».
En el verano de 1916, en la semicueva del Cabeço.«Soy el Angel de la Paz», les saludó, y después rezó con ellos: «Dios mio, creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman».
9. Me parece, dice Lucía, que el ánge1 se nos apareció por primera vez, en la primavera de 1916, en nuestra Loca de Cabezo. Subimos la pendiente en busca de abrigo, y después de merendar y rezar allí, comenzamos viendo sobre los árboles que se extendían en dirección al oriente, una luz más b1anca que 1a nieve, en forma de un joven transparente más brillante que un cristal herido por los rayos del sol. Estábamos sorprendidos y medio absortos. No decíamos ni una sola palabra. Al llegar junto a nosotros, dijo:—¡No temáis! Soy el Angel de la paz. Orad conmigo.Y arrodillándose en tierra inclinó la frente hasta el suelo. Llevados por un movimiento sobrenatural, le imitamos y repetimos las palabras que le oímos pronunciar: —Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran no esperan y no te aman. Después de repetir esto por tres veces, se levantó y dijo:—¡Orad así! Los Corazones de Jesús y de María están atentos a la voz de vuestras súplicas. Y desapareció. La atmósfera de lo sobrenatural que nos envolvía, era tan intensa que casi no nos dábamos cuenta de la propia existencia, permaneciendo en la posición en que el ángel nos había dejado, repitiendo siempre la misma oración. La presencia de Dios se sentía tan inmensa e íntima que no nos atrevíamos a hablar. El día siguiente todavía sentíamos el espíritu envuelto en esa atmósfera que sólo muy lentamente fue desapareciendo.
10. Segunda aparición: «Soy el Angel de Portugal.
La segunda aparición fue en medio del verano, en esos días de tanto calor cuando íbamos con nuestros rebaños a media mañana a casa para volver a llevarlos a media tarde. Pasamos las horas de la siesta a la sombra de los árboles que rodeaban el pozo, en la quinta llamada Arneiro, que pertenecía a mis padres, y de repente vimos al mismo Angel junto a nosotros. — ¿Qué hacéis? ¡ Orad! ¡ Orad mucho! Los Corazones de Jesús y de María tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente al Altísimo oraciones y sacrificios.—¿Cómo nos hemos de sacrificar?—En todo lo que podáis, ofreced un sacrificio como reparación por los pecados con que El es ofendido, y por la conversión de los pecadores. Atraed así sobre vuestra patria la paz. Yo soy el Angel de la Paz, el Angel de Portugal. Sobre todo aceptad y soportad con sumisión el sufrimiento que el Señor os envíe. Estas palabras del Angel se grabaron en nuestro espíritu como una luz que nos hacía comprender quién era Dios; cómo nos ama y quiere ser amado; el valor del sacrificio y cómo le agrada; cómo por atención a él, convertía a los pecadores. Por eso, desde ese momento, comenzamos a ofrecer al Señor, todo lo que nos mortificaba, mas sin pensar en buscar otras mortificaciones y penitencias, sino las de pasarnos horas seguidas postrados en tierra, repitiendo la oración que el Angel nos había enseñado.
11. Tercera aparición: El Angel de la Eucaristía.
Fue en octubre, cuando ya no íbamos a pasar las horas de siesta a casa. Dice Lucía: Como ya dije en el escrito sobre Jacinta, pasamos de la Preira, pequeño olivar de mis padres, a la Lapa, dando vuelta a la vertiente del monte por el lado de Aljustrel y Casa Velha. Rezamos allí nuestro rosario y la oración que la primera Aparición nos había enseñado. Estando allí, se nos apareció por tercera vez, llevando en su mano un cáliz y sobre él una Hostia, de la cual caían dentro del cáliz, algunas gotas de Sangre. Dejando el cáliz y la Hostia suspendidos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces la oración:—Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sacrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María, te pido la conversión de los pobres pecadores. Después, levantándose, tomó de nuevo en la mano el cáliz y la Hostia, y me dio la Hostia a mí y lo que contenía el cáliz lo dio a beber a Jacinta y a Francisco, diciendo al mismo tiempo: —Tomad y bebed el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios. De nuevo se postró en tierra y repitió con nosotros tres veces más la misma oración “Santísima Trinidad” y desapareció.
12. La fuerza de la presencia de Dios era tan intensa que nos absorbía y nos aniquilaba casi del todo. Parecía privarnos hasta del uso de los sentidos corporales durante mucho tiempo. En los días siguientes actuábamos bajo ese poder sobrenatural. Por dentro sentíamos una gran paz y alegría que dejaban al alma completamente sumergida en Dios. Pero era grande el agotamiento físico que nos sobrevino.
13. No sé por qué las apariciones de Nuestra Señora producían en nosotros efectos muy diferentes. La misma alegría íntima, la misma paz y felicidad, pero en vez de este abatimiento físico, nos invdía una cierta agilidad expansiva; en vez de ese aniquilamiento en la divina presencia, exultábamos de alegría; en vez de la dificultad en el hablar, un cierto entusiasmo comunicativo.
14. Yo sentía la necesidad de guardar silencio, sobre todo de algunas cosas. En los interrogatorios sentía la inspiraciór íntima que me sugería las respuestas que sin faltar a la verdad, descubriesen lo que por entonces debía ocultar. En este sentido me queda sólo una duda: “Si no debía haberlo dicho todo en el interrogatorio canónico”. Pero no siento escrúpulo por haber callado, porque entonces no tenía aún conocimiento de la importancia de ese interrogatorio. Lo tomé, pues, por uno de tantos a los que estaba habituada. Sólo extrañé la orden de jurar. Mas como era el confesor quien me lo mandaba y yo juraba la verdad, lo hice sin dificultad. No podía sospechar en aquel momento, lo que el demonio iba a sacar de allí para atormentarme más tarde con un sin fin de escrúpulos. Pero ¡gracias a Dios!, ya todo pasó. Hay todavía otra razón que me confirma en el pensamiento de que hice bien en callar. En el transcurso de aquel interrogatorio canónico, uno de los interrogadores, el Sr. Dr. Marqués de los Santos opinó que podía ampliar la lista de sus preguntas, y comenzó a profundizar un poco. Antes de contestar, con una simple mirada pregunté al confesor. El me sacó del apuro respondiendo por mí. Recordó al interlocutor que se pasaba de los derechos que se le habían concedido. Dios me iba inspirando que aún no había llegado el momento por El designado.
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15. Día 13 de mayo de 1917. Primera aparición de la Virgen.
Era una señora más brillante que el sol.
En Cova de Iría, a tres kilómetros de Fátima, el 13 de mayo de 1917. La Señora parecía tener entre 15 y 18 años; llevaba un vestido blanco hasta los pies, cerrado el cuello con un cordón de oro; un manto blanco la cubría desde la cabeza; las manos juntas y un rosario entre ellas...«Ni triste, ni alegre, sino seria». La Señora busca víctimas. Una vez prometido el cielo a los tres pequeños, les dijo: «¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todo el sufrimiento que a El plazca enviaros como un acto de reparación, por todos los pecados con los que El es ofendido y para pedir por la conversión de los pecadores?». —Sí, queremos.
Cuenta Lucía: Estando jugando con Jacinta y Francisco, en lo alto de la pendiente de Cova de Iría, haciendo una pared alrededor de una mata, vimos de repente algo como un relámpago.—Es mejor que nos vayamos a casa —dije a mis primos—, está relampagueando; puede haber tormenta.—Pues, si. Y comenzamos a bajar la cuesta, llevando las ovejas hacia la carretera. Al llegar a la mitad de la pendiente, muy cerca de una encina grande, vimos otro relámpago, y habiendo dado algunos pasos adelante, vimos sobre una encina una Señora, vestida toda de blanco, más brillante que el sol, esparciendo luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente. Nos paramos sorprendidos por la Aparición. Estuvimos tan cerca que nos quedamos dentro de la luz que la rodeaba o que Ella esparcía. Tal vez a metro y medio de distancia, más o menos. Entonces Nuestra Señora nos dijo:—1No tengáis miedo! No os quiero hacer ningún mal.—¿De dónde es Vd? —le pregunté.—Soy del Cielo. —¿Y qué es lo Vd. quiere?—Vengo a pediros que vengáis aquí seis meses seguidos, el día 13, a esta misma hora. Después os diré quién soy y qué quiero. Después volveré aquí otra vez.—Y ¿yo también iré al Cielo?—Sí, irás. —Y ¿Jacinta? -También.—Y ¿Francisco? También; pero tiene que rezar muchos rosarios. Entonces me acordé de preguntar por dos muchachas que habían muerto hacía poco. Eran mis amigas y venían a mi casa a aprender a tejer con mi hermana mayor.—¿María de las Nieves ya está en el Cielo?—Sí, está. Me parece que debía tener unos dieciséis años.—Y ¿Amelia?—Estará en el Purgatorio hasta el fin del mundo. ¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que El quiera enviaros, en reparación de los pecados con que El es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?—Sí, queremos. -Tendréis que sufrir mucho, pero la gracia de Dios os dará fuerza. Al decir estas últimas palabras abrió por primera vez las manos comunicándoles una luz tan intensa como reflejo que de ellas despedía, que penetraba en el pecho y en lo más íntimo del alma, haciéndonos vernos a nosotros mismos en Dios, más claramente que nos vemos en el mejor de los espejos. Entonces por impulso íntimo, caímos de rodillas y repetíamos íntimamente: “Oh Santísima Trinidad, yo te adoro, Dios mío; yo te amo en el Santísimo Sacramento. Pasados los primeros momentos, Nuestra Señora añadió: —Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz en el mundo y el fin de la guerra. En seguida comenzó a elevarse serenamente, subiendo en dirección de levante, hasta desaparecer en la inmensidad del espacio. La luz que la circundaba parecía que abría el camino a través de los astros. Los relámpagos no eran propiamente relámpagos, sino el reflejo de una luz que se aproximaba. Al ver esta luz decíamos a veces que veíamos venir a Nuestra Señora; pero a Nuestra Señora propiamente sólo la distinguíamos en esa luz cuando estaba ya sobre la encina.
16. 13 de junio de 1917. Día de San Antonio.
Segunda aparición.
Lucía encontró en su casa —visitada por el dolor y la miseria— incomprensión y dureza. Los dos primos en la suya, que vivían con desahogo, despreocupación y escepticismo. Aquí se me ocurre una importante consideración. La Señora quiere que Lucía propague la devoción al Inmaculado Corazón de María, y la destina a un convento de clausura, y no a una activa de predicación y de contactos con masas de fieles. ¿No está ocurriendo como con la Patrona de las Misiones, Santa Teresa del Niño Jesús, recluida en un convento de clausura? ¿No nos está interpelando a los que hemos convertido el ministerio apostólico en activistas, en gestores y en ejecutivos?
Dice Lucía: Después de rezar el Rosario con Jacinta y Francisco y con unas cincuenta personas que estaban presentes, vimos de nuevo el reflejo de que se aproximaba y en seguida a Nuestra Señora sobre la encina, igual que en mayo.—Usted ¿qué quiere?— le pregunté.—Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene; que recéis el Rosario todos los días y que aprendáis a leer. Después os diré lo que quiero.—Quería pedirle que nos llevase al Cielo.—Sí, a Jacinta y Francisco los llevaré en breve. Pero tú te quedarás aquí más tiempo. Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar. El quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.—¿Me quedo aquí solita?—No, hija ¿sufres mucho? No te desanimes. Yo nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios. La Virgen abrió las manos y nos comunicó, por segunda vez, el reflejo de esa luz inmensa. En ella nos veíamos como sumergidos en Dios. Delante de la palma de la mano derecha de Nuestra Señora había un corazón coronado de espinas que parecían estar clavadas en él. Comprendimos que era el Inmaculado Corazón de María, ultrajado por los pecados de la humanidad, que pedía reparación.
17. Tercera aparición
Día 13 de julio de 1917.
El 13 de julio, había presentes unas cuatro mil personas. La Señora declara que tiene el mundo en sus manos. Hasta 25 años más tarde no se conoció el contenido fundamental de esta aparición, La visión del infierno que fué acompañada con estas palabras: «Veis el infierno donde van a parar las almas de los infelices pecadores. Para salvarlos Dios desea establecer en el mundo la devoción del Inmaculado Corazón. Si así se hace, se salvarán muchas almas y habrá paz. La guerra va hacia su fin. Terminará el 1918. Pero si el mundo continúa ofendiendo a Dios, otra guerra peor comenzará en el pontificado de Pío XI». La segunda guerra mundial comenzará en 1939. «Para prevenir esto vengo a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los cinco primeros sábados. Si se escuchan mis ruegos, Rusia se convertirá y habrá paz. Si no es así, ella esparcirá sus errrores a través del mundo, provocando guerras y persecuciones de la Iglesia».Un secreto aún desconocido. Después añadió: «Al final triunfará mi Inmaculado Corazón. El Santo Padre consagrará Rusia a mí y se le concedederá al mundo un cierto período de paz». En ese mes Francisco y Jacinta tuvieron sendas visiones sobre el Papa. Francisco le vió llorando y a la multitud tirándole piedras e insultándole. Jacinta, rezando con mucha gente ante una imagen del Corazón de María.
18. Dice Lucía: Momentos después de haber llegado a Cova de Iría, junto a la encina, entre numerosa multitud del pueblo, estando rezando el rosario, vimos una vez más el rayo de luz y enseguida a Nuestra Señora sobre la encina.—¿Qué es lo que quiere de mí?, pregunté.
—Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene; ¡continuad rezando el Rosario todos los días en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz de mundo y de la guerra, porque sólo Ella lo puede conseguir.—Quisiera pedirle que nos diga quién es; que haga un milagro para que todos crean que Vd. se nos aparece.—Continuad viniendo aquí todos los meses. En octubre diré quién soy y lo que quiero y haré un milagro que todos verán para creer. Nuestra Señora dijo que era preciso rezar el rosario para alcanzar las gracias durante el año y continuó:—Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, en especial cuando hiciereis algún sacrificio: “Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de Maria". Al decir estas últimas palabras, abrió las manos como en los meses pasados. El reflejo parecía penetrar en la tierra, y vimos como un mar de fuego: sumergidos en este fuego a los demonios y a las almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana, que fluctuaban en el incendio, llevadas por las llamas que salían de las mismas juntamente con nubes de humo, cayendo hacia todos los lados, semejante al caer de pavesas en los grandes incendios, sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación, que horrorizaban y hacían estremecer de pavor. A la vista de esto di aquel “ay”, que dicen haberme oído. Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes como negros carbones en brasa. Asustados y como para pedir socorro, levantamos la vista hacia Nuestra Señora que nos dijo entre bondad y tristeza:—Habéis visto el infierno, adonde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacéis lo que os digo se salvarán muchas almas y habrá paz. La guerra va a terminar. Pero si no dejan de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando viereis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones de la Iglesia y del Santo Padre.—Para impedirlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si se atienden mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones de la Iglesia. Los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá que sufrir mucho; varias naciones serán aniquiladas. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre la fe, etc... Esto no lo digáis a nadie. A Francisco sí, se lo podéis decir.—Cuando recéis el Rosario decid después de cada misterio:¡Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al Cielo, principalmente las más necesitadas! Seguía un instante de silencio, y pregunté:—Usted ¿no quiere nada más?—No. Hoy no quiero nada más.Y como siempre, comenzó a elevarse hacia el oriente, hasta desaparecer en la inmensa distancia del firmamento.
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19. Cuarta aparición
13 de agosto de 1917.
Ocurrida el 19 de agosto hacia las cuatro de la tarde, en Valinhos, por haber sido secuestrados los niños el día 13, por el Administrador de Ourem. Fué una visita de consuelo. Les inculcó la oración por los pecadores: «Muchas almas van al infierno porque no tienen a nadie que se sacrifique y ruegue por ellas». Hemos de destacar que Juan, que ha muerto el 7 abril de este año a los 94 años, no creía en las apariciones.
Habla Lucía: Llevando las ovejas en compañía de Francisco y de su hermano Juan a Valinhos, y sintiendo que algo sobrenatural se aproximaba y nos envolvía, sospechando que Nuestra Señora se nos iba a aparecer y teniendo pena de que Jacinta se quedase sin verla, pedi a su hermano Juan que fuera a llamarla. Como no quería ir, le ofrecí veinte centavos, y allá se fue corriendo. Entonces, sigue Lucía, vi con Francisco, el reflejo de la luz, y habiendo llegado Jacinta, un instante después vimos a Nuestra Señora sobre una encina. ¿Qué es lo que quiere Vd.?—Quiero que sigáis yendo a Cova de Iría el día 13; que continuéis rezando el rosario todos los días. El último día haré un gran milagro para que todos crean. Y tomando un aspecto más serio dijo:—Rezad, rezad mucho, y haced sacrificios por los pecadores, pues van muchas almas al infierno por no tener quien se sacrifique y pida por ellas.Y como de costumbre comenzó a elevarse al cielo.
20. Quinta aparición
13 de septiembre de 1917.
Asistieron treinta mil personas. Fué visita de dirección espiritual. Les recomendó amorosamente: «Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no desea que durmáis con la soga, llevadla sólo durante el día».
21. Dice Lucía: Al aproximarse la hora fuí allí con Jacinta y Francisco, entre numerosas personas que apenas nos dejaban andar. Las entradas estaban abarrotadas de gente. Todos nos querían ver y hablar. Allí no había respetos humanos. Numerosas personas y hasta señoras y caballeros, consiguiendo romper por entre la multitud que alrededor nuestro se apiñaba, venían a postrarse de rodillas delante de nosotros, pidiendo que presentásemos a Nuestra Señora sus necesidades. Allí aparecían todas las miserias de la pobre humanidad, y algunos gritaban hasta de lo alto de los árboles y de las paredes adonde subían para vernos pasar. Diciendo a unos que sí y dando la mano a otros para ayudarles a levantarse del polvo de la tierra, así íbamos andando, gracias a algunos caballeros que nos iban abriendo camino por entre la multitud. Cuando ahora leo en el Evangelio esas escenas tan encantadoras del paso del Señor por Palestina, recuerdo éstas, que tan niña todavía, el Señor me hizo presenciar en esos pobres caminos y carreteras de Aljustrel a Fátima y a Cova de Iría. Y doy gracias a Dios, ofreciéndole la fe de nuestro buen pueblo portugués. Y pienso: Si esta gente se humilla así delante de tres pobres niños, sólo porque a ellos se les ha concedido misericordiosamente la gracia de hablar con la Madre de Dios, ¿qué no harían si viesen delante de sí al propio Jesucristo? Llegamos por fin a Cova de Iría, junto a la encina y comenzamos a rezar el rosario con el pueblo. Poco después vimos el reflejo luz y en seguida a Nuestra Señora sobre la encina: Continuad rezando el rosario para alcanzar el fin de la guerra. En octubre vendrá también Nuestro Señor, Nuestra Señora de los Dolores y del Carmen y San José con el Niño Jesús para bendecir al mundo. Dios está contento con vuestros sacrificios pero no quiere que durmáis con la cuerda. Llevadla sólo durante el día. En octubre haré el milagro para que todos crean. Y comenzando a elevarse desapareció como de costumbre.
22. Sexta aparición
Día 13 de octubre de 1917.
«SOY NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO». Ante 70.000 personas de toda clase, edad y condición, venidas desde todos los puntos de Portugal, les dice su nombre: «Soy Nuestra Señora del Rosario. Que continúen rezando el rosario todos los días. La guerra va a terminar...». En 1914. Y especifica la quintaesencia de su misión: «Es necesario que corrijan sus vidas y pidan perdón por sus pecados». Y con suma tristeza: «Que no ofendan más a Dios, demasiado ofendido».El cielo bendice a la tierra. Al desaparecer la Señora, en el propio resplandor que provenía de sus manos abiertas, aparecieron tres cuadros, símbolos de los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos. El primero fué visto por los tres; los otros dos solamente por Lucía. La Sagrada Familia. San José y el Niño bendijeron al mundo, tres veces. La Virgen de los Dolores con su Hijo al lado. Cristo también bendecía. Nuestra Señora del Carmen, coronada Reina del cielo y del mundo, con su Hijo Niño sobre las rodillas. La señal celestial. El milagro: la danza de 10 minutos del sol. Se le vió girar rápidamente como una gigantesca rueda de fuego. Se detuvo un momento, y giró de nuevo con una velocidad vertiginosa, irradiando haces de llamas rojo sangre. Finalmente, la esfera ígnea, pareció temblar, estremecerse y después arrojarse precipitadamente en ingente zigzag hacia la multitud. La impresión: Al principio se oyó un tremendo grito de terror: «¡Señor, sálvanos! Cuando el sol se normalizó, resonó otra exclamación de asombro y alegría: ¡Milagro!.. He aquí a María, enfrentada con el poder de las tinieblas, en una lucha cuyos triunfos y derrotas están condicionadas a nuestra conversión y arrepentimiento.
23. Dice Lucía: Salimos de casa bastante temprano, contando con las demoras del camino. Había masas de gente. Caía una lluvia torrencial. Mi madre, temiendo que fuese aquel el último día de mi vida, con el corazón partido por la incertidumbre de lo que iba a suceder, quiso acompañarme. Por el camino se repetían las escenas del mes pasado, más numerosas y conmovedoras. Ni el lodo en los caminos impedía a esa gente arrodillarse en la actitud más humilde y suplicante. Llegados a Cova de Iría, junto a la encina, llevada por un movimiento interior, pedí a la gente que cerrase los paraguas para rezar el rosario. Poco después vimos el reflejo de la luz y en seguida a Nuestra Señora sobre la encina.—¿Qué es lo que usted quiere?—Quiero decirte que hagan aquí una capilla en honor mío; que soy la Señora del Rosario; que continúen siempre rezando el rosario todos los días. La guerra va a acabar, y los militares volverán en breve a sus casas. Es necesario que se enmienden; que pidan perdón de sus pecados; —y tomando un aspecto más triste—, No ofendan más a Dios Nuestro Señor que está ya muy ofendido. Y abriendo las manos, las hizo reflejarse en el sol. Y mientras se elevaba, continuaba el reflejo de su propia luz proyectándose en el sol. He aquí, señor Obispo, el motivo por el cual exclamé que mirasen al sol. Mi fin no era llamar la atención del pueblo, pues ni siquiera me daba cuenta de su presencia. Sólo lo hice, llevada por un movimiento interior que me impulsaba a ello. Desaparecida Nuestra Señora en la inmensa distancia del firmamento, vimos al lado del sol a San José con el Niño, y a Nuestra Señora, vestida de blanco, con un manto azul. San José con el Niño parecían bendecir el mundo con unos gestos que hacían con la mano en forma de cruz. Poco después, desvanecida esta Aparición, vimos al Señor y a Nuestra Señora que me daba la idea de que era Nuestra Señora de los Dolores. Nuestro Señor parecía bendecir al mundo, de la misma forma que San José. Se desvaneció esta Aparición y me parecía ver todavía a Nuestra Señora en forma semejante a Nuestra Señora del Carmen.
24. He aquí, Excmo. y Rvmo. señor Obispo, la Historia de las Apariciones de Nuestra Señora en Cova de Iría en 1917. Siempre que por algún motivo tenía que hablar de ellas, procuraba hacerlo con las mínimas palabras con la intención de guardar para mí sola lo más íntimo que tanto me costaba manifestar. Mas como es de Dios y no mío, y El ahora, por medio de V. E. Rvdma. me lo reclama, ahí va. No pocas personas se han mostrado bastante admiradas por la memoria que Dios se dignó darme. Por una bondad infinita, la tengo bastante privilegiada, en todos los sentidos. Pero en estas cosas sobrenaturales, no es de admirar, porque se graban en el espíritu de tal forma que casi es imposible olvidarlas. Por lo menos el sentido de las cosas que indican, nunca se olvida, a no ser que Dios quiera también que se olvide.
25. LA ACTITUD DE LOS NIÑOS CANONIZADOS
Cada día se levantan temprano, porque hay que sacar las ovejas a los prados, entre las encinas. Las vigilan y juegan, juegan mucho..., y rezan, pero muy deprisa: «Dios te salve Maria — Santa María. Dios te salve Maria — Santa María». Así todos los días, hasta el 13 de mayo de 1917. Ante la Señora demuestran amor y confianza, porque les ha dicho que viene del cielo. Nada malo puede hacerles.«¿Iremos nosotros al cielo?». Nunca vacilan en presentarle las peticiones que les han recomendado. Son generosos. La Señora les ha pedido que se ofrezcan víctimas por la salvación del mundo, y ellos aceptan y se mortifican voluntariamente para consolar al Señor ofendido. Y sobre todo rezan mucho. Lo dan todo. La obsesión de Francisco es la ingratitud de los pecadores a Cristo. Un día la sed le atormenta. No ha probado el agua en toda la jornada. Lucía le presenta un vaso: « No quiero beber!, quiero sufrir por la conversión de los pecadores y para consolar a Jesús afligido». Jacinta se ha ofrecido ya como víctima por los pecados del mundo. Le duele horriblemente la cabeza: «¡No puedo más!, decid a aquellas ranas, a aquellas cigarras, a aquellos grillos, que se callen un poco». «¿No quieres sufrir esto por los pecadores?», le pregunta Francisco. «Sí... quiero..., dejadles cantar". No les bastan las persecuciones, la sed y las privaciones. Cada día inventan una nueva mortificación: frotarse con ortigas, ceñirse una soga a raíz de la carne... Darán hasta la vida, si es preciso.«Os freiremos vivos», les amenazan. «Ofreceremos este sacrificio por la conversión de los pecadores», responde Francisco. «No salgáis a la calle, quieren mataros». «¿Y qué? —responde Jacinta— quiero tanto a Jesús y a la Virgen..., así iremos más pronto con ellos». Y sin embargo, siguen siendo tres niños. La gracia no destruye la naturaleza. Nunca abandonarán del todo sus juegos, aunque ya rezan los rosarios con las avemarías completas.Y Jacinta, la pequeña mártir, llora cuando sabe que va a morir. No por temor, sino porque: «quisiera.., ver a mamá».—Ya no se pertenecen. Están transformados en Cristo. Las apariciones han terminado. Pero ellos han de continuar su vida de víctimas. Sin el consuelo de ver a la Señora.Tres pobres niños realizando una labor de titanes. Francisco y Jacinta saben que morirán pronto. Se lo ha dicho la Señora. Pero Francisco antes deberá rezar mucho. Y él tiene prisa en marcharse: «Vamos a jugar —le dicen— después rezaremos el rosario». «¿Después? —replica Francisco— ahora y después, ¿no os acordáis de que la Virgen me dijo que antes de ir al cielo tengo que rezar muchos rosarios?».
26. La llamada de Dios. Francisco ya ha rezado todos los rosarios. En su lecho de muerte entrega a Lucía la soga que nunca le abandonó. Sólo tiene un deseo: recibir la Primera Comunión. Y con el Señor en el alma muere exclamando: « ¡Qué hermosa luz !». Era el 4 de abril de 1919. Jacinta alcanza el martirio que tanto ansiaba. Su pecho es una pura llaga. La sed la atormenta, ella no quiere calmarla. Ella, la niña mimosa de antes, sabe que morirá completamente sola. Y acepta. Lejos de su tierra y de sus padres, en la sala de un hospital de Lisboa, muere el 20 de febrero de 1920. ¿Y Lucia? La Virgen la guarda como testimonio viviente de su mensaje.Y muerta para el mundo, es religiosa en un monasterio de clausura de Carmelitas Descalzas en Coimbra. En 1917 había muchos poderosos. El Señor buscó la debilidad. En 1917 habla muchos sabios. El Señor quiso la sencilla ignorancia de unos niños.
27. En 1917 —como ahora— se desprecia a los pequeños e insignificantes. Pero María los considera dignos de recibir su mensaje. Una vez más se cumplen las palabras de Cristo (Mt. 11, 25), y las de San Pablo: «La sabiduría de este mundo es necedad ante Dios» (1 Cor. 3, 19). Estando todo el mundo en guerra (la primera guerra mundial 1914-1918), y Lenín preparando la revolución comunista (1917), con los hombres marcados por una vida y unas costumbres paganas, la Virgen Nuestra Señora interviene en los acontecimientos del mundo por medio de tres pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta. Francisco y Jacinta serán inscritos en el libro de los Beatos por el Santo Padre Juan Pablo II, el día de hoy.
28. La revista mensual católica portuguesa «Christus» editada en Lisboa por el grupo editorial «Semanario» publicó en el numero 11, de marzo, la primera entrevista que ha concedido en su vida la hermana Lucía, única superviviente de los tres videntes de Fátima. El padre Luis Miguel Cruz, director de «Christus», profesor universitario y periodista, ha obtenido esta primicia mundial. Hicieron esta entrevista a la hermana Lucía en el convento del Carmelo de Coimbra los cardenales Antony Padiyara, de Ernaculam (India), y Ricardo Vidal, de Cebú (Filipinas). El padre Luis Miguel Cruz, director de «Christus», ha autorizado, expresamente, a ABC, la publicación íntegra de la entrevista, que se publicará también en el libro titulado «Lucía, la última vidente de Fátima" (ABC.DOMINGO 1-3-98). El Cardenal indio y el filipino preguntan a Lucía:—¿La consagración de Rusia, hecha de acuerdo con la petición de Nuestra Señora el día 13 de junio de 1929 fue concretada por el Papa Juan Pablo II el día 25 de marzó de 1984?—Sí. La consagración había sido hecha parcialmente. El Papa Pío XII la hizo el día 31 de octubre de 1942, pero faltaba la unión con todos los obispos del mundo. El Papa Pablo VI me preguntó si con esto se cumplía la petición de Nuestra Señora. Yo le dije que no y le expliqué que cada obispo tenía que estar presente en su propia diócesis y no reunidos todos juntos en un sólo lugar, porque la consagración era una llamada a la unión del pueblo de Dios. En 1982, el actual Papa hizo la consagración en Fátima.—¿Y la hermana estaba presente?—Sí, pero a esta consagración también faltó la unión con todos los obispos. Después, en 1984, el Papa Juan Pablo II invitó a todos los obipos para que se unieran con él y participaran en la consagración que se realizó el 25 de marzo. El Papa ordenó que se unieran los obispos al Santo Padre durante el acto de la consagración a la imagen de Nuestra Señora de Fátima, en el Santuario de Fátima. La mayoría de los obispos estaban unidos al Papa en ese acto. El pueblo de todo el mundo, cada diócesis, estaba unida a los obispos y, los obispos, al Papa. Esta consagración fue la gran unión del pueblo de Dios. Esto fue lo que contribuyó a que la consagración fuese aceptada por Nuestra Señora y evitó una guerra atómica». Lucía afirma que no puede revelar el tercer secreto de Fátima sin permiso del Papa. Entonces, ni yo sabía lo que era Rusia. Nosotros pensábamos que era una mujer muy mala. La conversión de Rusia ¿no es interpretada como la conversión del pueblo al catolicismo?—Nuestra Señora nunca dijo eso. El hecho es que en Rusia el poder comunista y ateo impedía al pueblo practicar su fe. Las personas tienen ahora la posibilidad de escoger individualmente si se quedan como están o si se convierten. Ahora son libres para escoger, y de hecho están sucediendo muchas conversiones y, aquel hombre en Rusia, sin saberlo, fue un instrumento de Dios para la conversión.—¿Gorbachov?—Sí. Cuando visitó al Santo Padre, en Roma, se arrodilló a sus pies pidiendo perdón por todos los delitos que había cometido en su vida.-¿Y la paz mundial? ¿Eso significa qué ahora no habrá más guerras en el mundo? -Nuestra Señora nunca habló de ninguna guerra civil o política, sino de las dos guerras mundiales, y la última fue la mayor en la historia del mundo, porque hasta entonces el hombre no poseía armas tan sofisticadas para matar. Se trataba de una guerra contra Dios, una guerra del demonio, del ateismo, de los apóstatas y contra los judíos, que también siguen siendo el pueblo escogido de Dios. Al margen de estas dos guerras, en el mensaje de Fátima, Nuestra Seeeñora menciona sólo guerras de herejía, ateismos.y apostasías. —¿Dios y Nuestra Señora, todavía quieren que la Iglesia revele el tercer secreto de Fátima? El tercer secreto no es para ser revelado. Es sólo para el Papa y la jerarquía inmediata de la Iglesia. Y para quien él decida confiarlo. — ¿Puede decirnos el tercer secreto? -No lo pienso decir. Sólo el Santo Padre puede autorizar a que se hable sobre eso.-¿El tercer secreto tiene que ver con el Concilio Vaticano 11?—No puedo contestar.—¿Hay alguna referencia al tercer secreto en las Sagradas Escrituras?—Nuestra Señora no mencionó ningún texto de las Sagradas Escrituras.—¿El tercer secreto de Fátima no estará en el Apocalipsis, capítulos 8 y 12?—Nuestra Señora no dijo que estuviera en el Apocalipsis.—¿El Santo Padre puede revelar el tercer secreto?—El Papa puede revelarlo si quiere, pero yo le aconsejo que no lo revele. Si él decide hacerlo, le aconsejo que tenga mucha prudencia.—¿La hermana Lucía continúa teniendo apariciones de Nuestra Señora?—Qué curiosos... No puedo decirlo.—Hoy en día las personas sólo hablan del cielo o del infierno. Algunos sacerdotes predican que el infierno sólo existe en la imaginación y que el diablo es una cosa inventada para los adultos...—El infierno es una realidad. Es un fuego sobrenatural y no físico, y no puede ser comparado al fuego que arde, de madera o de carbón, ni a esos fuegos que acostumbran a encender por ahí en los bosques. Continúen predicando sobre el infierno porque Nuestro Señor mismo habló del infierno y está en las Sagradas Escrituras. Dios no condena a nadie al infierno. Dios dio a los hombres la libertad de escoger, y Dios respeta esa libertad humana -¿Qué estudios tiene?—Sólo tengo estudios elementales. No hice estudios superiores. —Cuando trabajamos para la Virgen dejamos de estar adormecidos y despertamos reparando que el mal está creciendo... Esto es natural. Dios está ayudando a todos los que estaban adormecidos. Dios y la Virgen nos ayudarán. Para mí es una satisfacción muy grande esperar la paz. Los apostolados marianos están fortalecidos y preparados para la lucha. El Reino de Dios es un ejército que lucha y los que luchan son los que vencen. El propío Cristo tuvo que luchar una gran batalla y ésta no es una batalla más pequeña.—¿Sin Dios el hombre es pobre?.—¡Todo lo que puedo decir es que Dios es grande! ¡Dios es muy grande! Y la Virgen Santísima, su mensajera, manifiesta su poder de varias formas. Nosotros somos muy pequeños, pero Dios ha de ayudarnos. Ojalá Nuestra Señora continúe ayudándonos y guiando nuestras acciones, porque sin Ella somos muy pobres. Dios es misericordioso. Nosotros cumplimos su misión. La misión que él nos confió.—¿La paz en el mensaje de Fátima es una paz mundial e instantánea?—La referencia a la paz debe ser entendida como paz o alivio de los errores, una paz que en un momento dado estaba obstruida por los errores del comunismo ateo. Estaba escrito que «Rusia esparcirá sus errores por el mundo provocando guerras, persiguiendo a la Iglesia…, muchos serán mártires o martirizados, algunas naciones serán aniqulladas»-. Pero por fin, después de todo esto, «el Santo Padre ha de consagrarme a Rusia», dijo la Virgen. ¡Pero no dijo cómo! De qué forma. La paz a la que la Virgen se refería en la profecía se refiere a las guerras y persecuciones que los errores del comunismo ateo estaban causando en todo el mundo. La paz no es una milagrosa paz mundial, sino una paz sólo en relación a las guerra de los errores promovidos por Rusia en el mundo entero. El ateísmo es todavía el mayor instrumento utilizado por el demonio en nuestros días, porque es un grave pecado contra Dios, que niega su propia existencia dando paso a la práctica de toda una variedad de actos diabólicos como el aborto. El ateísmo es lo que más condena. Y la mayor herejía que existe, parte del comunismo ateo. Podía haber un comunismo que no fuese ateo...Las guerras que existen ahora prácticamente no son de ateísmo, sino civiles. Las personas luchan por el poder. Las guerras que hoy existen en el mundo son civiles y no mundiales. Es algo que existe normalmente. A pesar de que todavía existe el ateísmo, creo que ya no es aquel que quería destruir la fe, la Iglesia de Dios y todo lo sobrenatural... Todo lo referente al materialismo parte del ateísmo, del marxismo.. Por ejemplo, la Virgen dice que las guerras que se producen podrían ser evitadas a través de la oración y del sacrificio. Esta es la razón por la que Nuestra Señora pidió la Comunión reparadora mediante la consagración a Ella. Las personas esperan que las cosas sucedan en un espacio de tiempo personal e inmediato. Fátima todavía está en su tercer día. El triunfo es un proceso contínuo. Nos encontramos en el período pos-consagración. El primer día fue el período de las apariciones; el segundo, el periodo pos-apariciones, pre-consagración. La semana de Fátima aún no ha terminado. Y yo no podré llegar a ver la semana entera. Fátima no ha hecho más que comenzar, ¡cómo va a terminar todo tan pronto!—¿El rosario es el arma espiritual más importante? -Sí. En estos días, cuando el demonio está tan activo, debemos rezar el rosario.—Con la consagración del mundo en 1984, hecha por el Papa Juan Pablo II, ¿se evitó una guerra nuclear en 1985?—Estuvimos casi a punto de una guerra nuclear debido a la la confrontación entre los Estados Unidos y Rusia. El mundo entero estuvo suspenso, pero, de un momento a otro, cuando en el Santo Padre hizo la consagración, los proyectos de guerra se transformaron en proyectos de paz. ¡Esto no es normal! ¡Las armas que estaban siendo fabricadas dejaron de serlo y los proyectos de extinción se transformaron en proyectos de libertad!- La consagración de 1984 evitó una guerra atómica (nuclear) que hubiera ocurrido en 1985. Pero se debe trabajar para Dios porque ahora que este peligro ya no existe, el demonio se está levantando, despertando de su sueño y está trabajando contra Dios y todas sus obras.—El materialismo ¿está invadiendo el mundo entero? -—Desde el principio de este mundo ambicioso existe la idea de que este bienestar es más y mejor que los otros y de que se lucha para ser mejor que los otros…; hermano contra hermano, pero eso ha sido desde el principio del mundo, este es un mal de la humanidad. Como terminó el comunismo ahora sigue el materialismo. Antes las personas no podían comprar nada. El materialismo es muy malo…Las personas deberían desear más las cosas de Dios, más que las cosas materiales. Esta lucha siempre existió. Hasta el punto de que el comunismo es lo que se separó del materialismo para convertirse en lo que puede destruir a la humanidad y al mundo, apoyado en la ciencia. Con la ciencia moderna tomaron el camino de la destrucción, conduciendo a la humanidad a las guerras atómicas. Por esto Dios ordenó al Santo Padre que hiciese la consagración, y por eso se cumplieron las palabras de la Virgen.—¿Cuál es el mensaje de la hermana para este mundo confuso de hoy?—Quien no está con el Papa no está con Dios; y quien quiera estar con Dios tiene que estar con el Papa.—¿Cuál es el consejo que nos da?—Recen, recen, continuamente. Es mi consejo para todo el mundo.
JESÚS MARTÍ BALLESTER
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