Cambio
El primer gol de Argentina en los octavos de final del mundial de Sudáfrica 2010, contra México fue claramente en posición adelantada. Al día siguiente del partido Josefh Blatter, presidente de la FIFA se disculpó públicamente con el pueblo mexicano por esta falta. Y como es de esperar, la tristeza y el enojo de los mexicanos es inversamente proporcional a la alegría de los argentinos. Obviamente vi el partido, grité los goles y escuché los comentarios al final del partido. Era hasta cómico escuchar a los comentaristas hablar de "una pequeña falla en el juez", o "aunque Teves estaba adelantado, Argentina mereció igual ganar". Si la situación hubiera sido inversa, estaríamos gritando enojados durante años por como nos robaron el partido. Pero como el juez se equivocó a favor nuestro, la falta no fue tan grave, y hasta casi era merecida. Cambiamos la gravedad o la intensidad de una ley según las circunstancias. Y somos especialistas en adaptar las cosas a nuestra conveniencia. Es una conducta típica del ser humano, pero Dios es distinto. Ya desde los tiempos antiguos, Job sabía que Dios no modificaba las cosas por presiones externas. La permanencia y la soberanía de Dios son parte de su esencia. Por eso pude afirmar con seguridad: que cuando Él determina algo, nada ni nadie lo puede cambiar. Determinó la órbita del planeta Tierra y no se modifica (menos mal porque si la Tierra se corriera dos grados nos quemaríamos o nos congelaríamos). Dios determinó que el pecado es pecado. Importa poco como quieras llamarlo, para Dios sigue siendo pecado y está mal. La mentira, la envidia, el chismerío, el matrimonio homosexual, el robo, la soberbia, la pornografía, el asesinato, la lascivia, la agresión verbal, la división en la iglesia, la murmuración, drogarse, la infidelidad, el orgullo, Dios determinó que eran pecados. La lista es mayor, pero para muestra basta un botón. No hagamos la "gran Argentina" que intenta acomodar las reglas a su conveniencia para salir beneficiado. Para Dios un off side es siempre un off side. NO hay atenuantes ni excusas. Y un pecado es siempre un pecado.Hoy Dios te invita a que medites en como estás viviendo, para que recapacites. No vivas al margen de lo que Dios determinó. Dios no cambia, ni sus principios tampoco.REFLEXIÓN — No quieras cambiar lo que Dios no cambia.Un gran abrazo y bendicionesDany
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