"Adán volvió a unirse a su mujer, y ella tuvo un hijo al que llamó Set, porque dijo: Dios me ha concedido otro hijo en lugar de Abel, al que mató Caín." Génesis 4:25 (RVR) Reemplazo
Leí esta historia y me impactó.
Andrés, un niño de segundo grado estaba sentado en su pupitre en el colegio como todos sus compañeros, esperando que la maestra comience con la clase de biología. Iban a estudiar los peces. Cuando de repente sintió que algo no funcionaba bien. Con cuidado miró para abajo y vio con desesperación ¡que se había orinado los pantalones! El líquido ya estaba en el piso y pronto sería notorio. ¡Iba a ser el hazmerreír de toda la clase y los varones lo castigarían hasta la eternidad por ese error! ¡Las chicas iban a esquivarlo por ser el orinado de la clase! El peor de los futuros se aproximaba en contados segundos.
¡Dios, clamó desesperado, te suplico que me ayudes con esto, será mi final en el colegio, por favor, necesito que me ayudes! Oró en silencio mientras suplicaba por un milagro.
En ese momento la maestra se acercaba a su pupitre, y Susana llevaba la pecera llena de agua. La maestra le hizo un giño de ojos, y accidentalmente, Susana se tropezó y volcó toda el agua de la pecera sobre Andrés. La pecera se rompió, y Andrés quedó empapado. El agua corría por debajo del pupitre y todo era un desastre. La maestra verificó que Susana no se hubiera cortado, que no hubiera ningún lastimado, llamó al celador para que consiga un trapo de piso y llevó a Andrés al baño para que cambiar. Le consiguió un equipo de gimnasia prestado y una toalla para secarse.
Cuando Andrés regresó al curso, la situación ya se había calmado. Pero todos estaban criticando a Susana por lo torpe que había sido. Cuando salieron del colegio, Andrés le preguntó a Susana: ¿lo hiciste a propósito?. Si, le respondió ella, yo también un día me orine los pantalones.
Dios le dio a Set en reemplazo de Abel, su hijo muerto a Adán y Eva. Dios nos dio a Jesucristo en reemplazo por nuestros pecados y aplicó sobre Él su castigo. Y nos pide, tener la sensibilidad de Susana, para ver la necesidad del otro, aunque por ello suframos del insulto o la marginación. Dios lo hizo por vos.
REFLEXIÓN — Todo reemplazo tiene su costo, pagalo.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany
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