Ya Sea...
Ya sea que habite una casa o un apartamento, un cuarto o muchos, afirmo que Dios es la única Presencia y el único Poder dentro de mi hogar. Dios está dentro de mí, dentro de todos los que habitan en mi casa y dentro de todos los que vienen de visita. La presencia de Dios impregna mi hogar de vida, amor, gozo y paz. Puesto que la amorosa presencia de Dios está en mi hogar, en todos los cuartos refulge un espíritu de orden y belleza. Mi hogar es un refugio de descanso y contento. Dios es un amoroso consejero para las decisiones familiares, pues estimula el entendimiento y la cooperación. El amor de Dios llena mi hogar; todos los que entran en él cobran conciencia de estar en un refugio de amor y paz.
(Pequeñas Semillitas)
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