SALMO DE LA ENTREGA:
Aquí estoy Señor delante de ti,
extiendo mis manos y abro mi corazón,
me postro en tu presencia en silencio y
adoración.
Vengo a ti Señor, mi Dios y redentor,
en tu corazón coloco mi llanto y mi dolor,
en tu pecho reclino mi cabeza
quiero sentir la ternura de tu amor.
Conoces los caminos que recorrí,
las alegrías y dolores que sufrí,
mi pequeñez y pobreza pongo en tí.
Confírmame el camino que elegí.
te entrego las incertidumbres que hay en mí,
mi corazón incapaz de perdonar,
el camino que desde ahora empiezo a caminar.
Mi Dios y Señor, a tu Hijo Jesús,
maestro y pastor,
entrego toda mi vida y mi labor.
Los errores que cometí y todo lo que viví,
las personas que me amaron
y aquellas que me lastimaron.
Las tareas que cumplí y todo lo que no pude hacer
porque sola me sentí.
Te entrego los momentos de incertidumbre,
de soledad y de abandono,
mis lágrimas, mi silencio y el dolor de mi corazón.
Recibe también mi acción de gracias
por sentirme amada por Ti
por muchas personas que me revelan tu amor.
Por las manos que me tienden con solidaridad
y con anhelos de paz y de perdón.
Soy pobre y pequeña, poco tengo, mi sencillez,
mis manos abiertas para servir.
Tu Señor, mi Dios, Ayúdame a cumplir tu voluntad.
A hacer de mi vida una constante oración,
a construir la comunión, a hacer siempre
el bien. Confío a la intercesión de María,
Madre y Reina de los Apóstoles, para que
con ella, escuche siempre tu voz y te sea fiel.
Amén.
Un abrazo y bendiciones