Meditación breve
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Nadie es valiente todo el tiempo. Con agitación nos embarcamos en muchos viajes. El miedo se disipa cada vez que confiamos en nuestra fortaleza interna y en que nuestra vida está en buenas manos.
El diálogo interno es poderoso y nos prepara para enfrentar cualquier cosa que nos depare el día de hoy. Este diálogo es como una plegaria y tranquiliza nuestros miedos, haciendo posible que dediquemos toda nuestra atención a los hechos que ocurren. El diálogo interno, cuando es positivo, cultiva una autoimagen saludable que nos da seguridad incluso frente al desastre. Todos dialogamos internamente la mayor parte del tiempo.
Hacernos cargo de los mensajes -asegurándonos de que incrementen nuestro bienestar personal- es una opción que siempre está a nuestro alcance.
Ninguna situación supera nuestra capacidad para manejarla. Todo el valor y toda la fortaleza están tan cerca como nuestra voluntad para interiorizar y comulgar con nosotros mismos.
Debo admitir mis propios miedos antes de poder dejarlos ir. En cuanto oiga sus pasos alejándose, llegará el valor.
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