"Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, como es justo, porque su fe se acrecienta cada vez más, y en cada uno de ustedes sigue abundando el amor hacia los otros." 2 Tesalonicenses 1:3
Crecer
Me paso Eduardo este pensamiento de David Wilkerson, que es precioso e inspirador:
Algunos creyentes pueden contar sobre su crecimiento espiritual. Y pueden verse claramente los cambios en sus vidas. Ellos le testifican a usted acerca de cómo es que el Espíritu Santo ha derrotado, por ellos, al enemigo. Sin embargo, este tipo de cristianos son la excepción. La mayoría de creyentes somos totalmente inconscientes de cualquier progreso espiritual en sus vidas. Oramos, leemos la Biblia y buscamos al Señor con todo el corazón. No hay en ellos ninguna obstrucción para el crecimiento espiritual. Pero no podemos discernir ningún crecimiento en nuestras vidas.
Pienso que los cristianos tesalonicenses quedaron perplejos al oír la impecable evaluación de Pablo respecto a ellos. Probablemente, ellos pensaron: "Yo, ¿creciendo en abundancia? Pablo debe estar bromeando". Dios lo compara con el crecimiento de los lirios del campo ¡Es imperceptible al ojo humano! Pareciera que algunos creyentes nunca lucharan con un pecado habitual. Ellos testifican: "Cuando vine a Jesús, el Señor sacó la tentación de mí. Y desde aquel día, he sido libre". Conozco a muchos ex drogadictos que han tenido dicha experiencia.
Pero para multitudes de cristianos, la historia es otra. Años después de su conversión, una vieja corrupción se desata en ellos, el deseo del pecado. No importa cuán dura sea la lucha, dicho deseo simplemente no se va. Con el tiempo se desalientan. Su alma clama: "¿Cuánto más, Señor? ¿Cuándo será finalmente rota esta cadena?" Y eventualmente el diablo viene a ellos y les dice: "Nunca lo lograrás. Sabes que no hay manera en la que puedas crecer espiritualmente estando en la condición en la que estás".
Pablo nos recuerda la buena noticia de Dios: ¡Estás creciendo en medio de su lucha! De hecho, quizás esté creciendo a pasos agigantados, a causa de su lucha. Podes descansar seguro, si tiene el temor de Dios esta en tu corazón, surgirás de la tormenta con mayor fortaleza en su vida. Cuando batallás contra el enemigo, está ejerciendo e invocando toda la gracia y el poder de Dios. Y aunque te sientas débil, dicha gracia y poder te están fortaleciendo. Y te hace crecer en silencio
REFLEXIÓN — Estás creciendo, gracias a Dios.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany
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