"Todos estaban maravillados de la grandeza de Dios. Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres". Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto."
(San Lucas 9, 43-45)
Si no comprendemos que todas las alegrías y dolores que pasamos en esta vida tienen como fin el hacernos santos para vivir la Vida eterna con Dios, entonces no comprendemos nada y el sentido de nuestra vida se nos esconde.
Cuando el cristiano se queda sólo con los milagros de Jesús y quiere que El sea la solución económica de su vida y sólo busca la prosperidad material, entonces no ha comprendido nada de la misión de Jesucristo. Eso mismo le pasaba a la gente de su época, que se quedaba maravillada por los signos de Jesús y cuando este les hacía cambiar el punto de vista y les explicaba que no había venido sólo para eso, sino para morir y entregarse en sacrificio por nuestra salvación, no entendían.
La misma Santísima Virgen, llena de gozo por las maravillas que Dios había realizado en Ella, exclama un canto de agradecimiento tras el saludo de su prima Isabel, pero la alegría del nacimiento del Salvador se ve opacada muy pronto cuando el anciano Simeón le anuncia que una espada atravesará su corazón.
Es que la obra de la Cruz no es menos maravillosa que los milagros. Y no es que Dios quiera una y no los otros. Quiere todo, pero iluminados por el Espíritu Santo debemos saber que todas las gracias, milagros, ayudas y también dolores, sufrimientos y angustias, todo unido a Cristo Santísimo, son para nuestro bien y salvación.
Santa Madre del Gozo y el Dolor, enséñanos a unir toda nuestra vida a la de tu Hijo Sacratísimo y a tu Corazón Inmaculado para que realizando en nosotros la Voluntad del Padre Celestial, podamos gozar eternamente de tu compañía y de todos los Santos y Ángeles, alabando y adorando la presencia magnífica y alegre de la Santísima Trinidad.