Por lo general, cuando nos sentimos frustrados porque hemos puesto todo nuestro empeño en lograr tal o cual cosa, tenemos por costumbre cuestionar a Dios cuando nada nos sale como nosotros lo esperábamos... o cuando al revés, algo inesperado o doloroso nos sucede.
No entendemos que la misericordia y el amor divinos, muchas veces nos está protegiendo de algo más doloroso o más terrible aún.
No entendemos que Dios siempre sabe lo que hace... y que es Él, el Padre amoroso y protector que ve más allá y que nos guarda, dentro de todo, absolutamente de todo mal.
Permitamos hoy que la Gracia Divina actúe... y no cuestionemos las cosas que pasan... porque siempre suceden para bien.