Señor... Yo no quiero tenerte lejos, te necesito aquí, a mi lado. A veces la vida es tan dura que se me olvida mirar al cielo y cuando un día decido mirar, no veo las estrellas, sólo nubarrones. Tal vez, Señor, necesitamos volver a soñar, dejar volar cada noche nuestra imaginación y subir a una estrella para contemplar los problemas del mundo. Tal vez entonces yo pueda rezar así: Padre mío que estás junto a mí, dame tu mano y andemos entre los hombres, abracemos a quien nos necesite, escuchemos a quien lo necesite y líbrame de flaquear. Amén.
(Pequeñas Semillitas)
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