La Navidad y la Familia Las celebraciones de Navidad son eminentemente familiares. Navidad convoca a las familias para encontrarse, compartir la mesa y la fiesta, fortaleciendo así los lazos familiares. Estas entrañables fiestas manifiestan tanto el don de la familia como la ausencia por la lejanía y el vacío producido por su ruptura.
Navidad no es sólo la fiesta de Dios que se hace hombre, es también la fiesta de la familia y de la vida, como ha dicho Juan Pablo II. El carácter familiar de estos días deriva inmediatamente de las circunstancias evangélicas del nacimiento del Señor. Jesús nació en una familia y en un matrimonio. Según las señales del cielo, Jesús recién nacido fue encontrado con María y José (cf. Lc 2,16; Mt 2.11). Como esposos afrontan las molestias del camino desde Nazaret a Belén para empadronarse y los riesgos de la huída a Egipto para salvar la vida del Niño (cf. Lc 2,1 ss. Mt 2,13 ss.). En familia nació Jesús, se crió, creció y desde el hogar de Nazareth salió para cumplir su misión (cf. Lc 2,39 ss., Mc1,9) La familia fue el marco humano y el "hábitat" de la encarnación del Hijo de Dios.
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