Que no se te olvide que eres un Guerrero
Pueda que la armadura la tienes muy desgastada, pueda que algún dardo del enemigo
te halla hecho mucho daño, pero eso NO impedirá que sigas siendo un guerrero de Dios.
Dios te llamó a conquistar y no ser conquistado,
tú debes luchar por conquistar todas las áreas
de tu vida con la ayuda poderosa del Señor.
Fuiste llamado con un propósito en especifico y el enemigo sabe muy bien eso,
él sabe que eres un arma poderosa en las manos del Señor
que hace temblar las tinieblas del mal y
por ello tratará por todos los medios de imponer temor sobre tu vida,
de sembrar la incertidumbre y llenarte de dudas,
mas tú debes tener claro que eso no podrá detenerte,
porque Dios que es el General de los Ejércitos nunca ha perdido una Guerra
y si Él es quien te dirige, no hay ejercito de tinieblas
que pueda detenerte o derrotarte.
Quizá tropezaste con algún carruaje del infierno que quiso derrotarte,
pueda que la guerra en tu mente está queriéndote hacer creer
que no eres lo suficientemente digno de ser un guerrero, pero ¿Sabes?,
tú ERES UN GUERRERO DE DIOS.
Tú naciste para vencer y no para ser vencido,
tú naciste para avanzar y nunca retroceder,
tú naciste para derrotar y no ser derrotado porque Dios está contigo
y si Él está contigo, ¿Quién contra ti?
Hoy quiero que te levantes,
que te pongas nuevamente tu armadura,
que vayas y pelees sabiendo que Dios está contigo respaldándote;
que no hay flecha que pueda herirte de muerte,
que no hay espada que pueda robar tus sueños,
que no hay enemigo que pueda detenerte de cumplir los propósitos para los que fuiste llamado.
Vé y demuéstrale al enemigo en quién tú confías y bajo qué bandera tú peleas,
DIOS es tu representante
y el enemigo temblará al darse cuenta que tus convicciones
están mas fuertes que nunca.
Vé y vence, vé y conquista, vé y nunca olvides
que eres un Guerrero de Dios...
Sea vuestra conducta sin avaricia; contentos con lo que tenéis, pues él ha dicho:
'No te dejaré ni te abandonaré;'
de modo que podamos decir confiados: 'El Señor es mi ayuda; no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre?'
(Heb 13, 5-6)
“Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida…
no te dejaré, ni te desampararé