Hola, Papá Dios!
Te escribo para saludarte y porque ahora sí tengo que surtirme,
pues la canasta básica con que me mandaste al mundo
se me ha ido agotando a lo largo de estos años.
Por ejemplo, en el 2010, la paciencia se me acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia.
Ya me quedan poquitas esperanzas
y el frasquito de fe, está también vacío.
La imaginación también está escaseando por estos rumbos.
También debes saber que hay cosas de la canasta
que ya no necesito, como la dependencia
y esa facilidad para hacer berrinches, que tantos enojos
y problemas me han ocasionado.
Así que quisiera pedirte nuevos productos para mi canasta.
Para empezar me gustaría que rellenaras los frascos
de paciencia y tolerancia (pero hasta el tope),
y mándame por favor el curso intensivo
"Cómo ser más prudente", volúmenes 1, 2 y 3.
Envíame también varias bolsas grandes, pero "bolsones"
de madurez que tanta falta me hace.
También quisiera un baúl de sonrisas,
de esas que alegran el día a cualquiera.
Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas
para atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra.
Si tienes por ahí guardada una brújula para orientarme
y tomar el camino correcto, te lo agradecería mucho.
Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada,
porque debo confesar que en algunas ocasiones
tomé grandes cantidades y me empachó.
Nuevas ilusiones y una doble ración de fe y esperanza
también me caerían excelente.
Te pido también una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea gris y oscura.
Me sería muy útil un bote de basura
para tirar todo lo que me hace daño.
Por favor mándame un frasco de merthiolate
y una cajita de curitas para sanar mi corazón,
porque últimamente ha tropezado bastante
y tiene muchos raspones.
Te pido unos diskettes,
porque tengo el cerebro lleno de información
y necesito espacio para guardar más.
Te pido muchas zanahorias, para tener buena vista
y no dejar pasar las oportunidades por no verlas.
Necesito también un reloj grande, muy grande,
para que cada vez que lo vea me acuerde
de que el tiempo corre y no debo desperdiciarlo.
¿Podrías mandarme muchísima fuerza
y seguridad en mí misma?
Sé que voy a necesitarlas para soportar los tiempos difíciles,
para levantarme cuando caiga.
También quisiera una cajita de pastillas
de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño para que me vaya bien en la vida y te pido unas tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", para cumplir mis sueños.
Necesito también una pluma con mucha tinta,
para escribir todos mis logros y mis fracasos.
Pero más que nada, te pido que me des mucha vida
para lograr todo lo que tengo en mente
y para que el día que me vaya contigo,
tenga algo qué llevarte
y veas que no desperdicié el tiempo aquí en la Tierra.
De antemano te agradezco lo que me puedas mandar
en este año que recién comienza,
y te agradezco el doble todo lo que me mandaste en el 2010.
Esperando ansiosa, tu hija: