Si alguien te hace daño una vez, es su falta.
Si te hace daño dos veces, la falta es tuya.
A menudo nos sucede que confiamos en la gente más de lo que ella podría habérselo ganado... y después nos preguntamos por qué nos vuelven a fallar una y otra vez... Aprendamos a creer en los demás, sí... pero no permitamos que nuestra fe en ellos nos cieguen, permitiéndoles más allá de lo que pudieran merecerse.
Feliz sabado mi gente linda!!! Llegó el fin de semana! y con él, la posibilidad de un merecido descanso y un disfrutar a nuestra familia, conviviendo en armonía y paz.