El tornillo del engranaje
Todos nacimos tornillos del gran engranaje del mundo.
Formamos parte de la máquina de la vida… Algunos podemos llegar a ser tornillos esenciales,
de hecho, todos debemos serlo
(Todos estamos llamados a la santidad),
pero muchos; por no cumplir con nuestro deber;
pasamos de ser tornillos necesarios
para el buen uso a ser substituídos
por otros tornillos que sí cumplen con su misión,
y así hasta que la máquina encuentra el tornillo exacto,
que le va “al clavo” a su necesidad
para su buen funcionamiento. Si Dios te ha hecho tornillo para su gran máquina,
no te quejes de tu pequeñez,
porque ella esconde tu grandeza interna,
ya que si no fuera por ti,
que eres un simple tornillo;
la gran máquina no podría funcionar. Las cosas grandes se basan,
apoyan en las cosas pequeñas.
No desprecies las pequeñas, cuídalas y respétalas.
Guárdalas, y con ellas harás maravillas. Alégrate de ser tornillo,
da gracias a tu Señor Armador…
y sé un buen tornillo… porque …
¿No sabes que de ser un simple tornillo
puedes pasar a ser la parte más importante
del engranaje por cumplir con tu deber?
Los últimos serán los primeros y
Dios cuida de sus pequeños. Aprovecha ahora para hacer bien tu trabajo,
ya descansarás cuando hayas cumplido con tu deber.
Entonces, sólo entonces,
cuando mires para atrás podrás decir: “FUI UN BUEN TORNILLO”
|