Estamos acostumbrados...
a pensar que todo asunto tiene dos caras: correcto/incorrecto, bueno/malo, derecha/izquierda. Esta forma de pensamientos binario puede llevarnos a ignorar muchas soluciones posibles a nuestros problemas. "Así es el juego", decimos, como si la vida fuese una competencia. Las relaciones son un área en la que muchos de nosotros nos negamos a admitir que una cuestión puede tener muchas respuestas correctas. Quizás estemos encerrados en patrones de conducta que nos garantiza la infelicidad. Podemos asumir el papel de víctimas: "¡Todo me pasa a mí!", o de tiranos: "Todos me obedecen, pero nadie me quiere". Si examinamos nuestro papel, usualmente nos damos cuenta de que el resultado pudo haber sido diferente si en una situación dada nos hubiésemos comportado de manera distinta. Con frecuencia actuamos como si estuviésemos programados de un modo binario simple; sin embargo, tenemos poder para, en cualquier momento, elegir otra forma de funcionamiento.
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