Porque sucede que nos desanimamos muy fácilmente cuando no "vemos" las contestaciones a nuestras oraciones? Jesús dice en Juan 4:43-54, "A no ser que vean signos y prodigios, ustedes no creen". Él le dijo esto a un padre que quería que Jesús fuera a su casa para curar a su hijo.
La fe de este hombre dependió en lo mismo que nuestra fe a menudo depende también: "ver es creer". El pensó que el solo podría recibir un milagro si Jesús se presentaba físicamente en su casa para orar por su hijo. Y Jesús lo invito a crecer aun más.
¿Alguna vez has deseado que Jesús se te presentara en persona para asegurarte de que todo iba a salir bien? ¡Yo sí! ¿Pero entonces donde está nuestra confianza en el poder y la bondad de Dios? ¿Qué tipo de fe existe sin la confianza?
Jesús le dijo al padre preocupado, "Sigue tu vida normal. Tu hijo vivirá"
Esto es lo que Jesús nos está diciendo a todos cuando oramos. "Sigue con tu vida normal", el nos dice. "Ahora que ya me has dado el problema a mi, confía en mi sabiduría y tiempo perfecto. No lo retomes al no creer que yo me esté haciendo cargo de ello. Sigue tus tareas normales como si yo lo estuviera arreglando mas de lo que puedes visualizar, porque así lo estoy haciendo".
¿Sabes porque en Génesis dice que Dios creo el mundo en seis días y descanso en el séptimo día el descanso? ¡Para enseñarnos que Dios nunca descansa hasta que su trabajo es terminado!
El no está pidiéndonos que ignoremos nuestros problemas. La oración continua nos mantiene en contacto con Dios para que cuando él diga, "está bien, esto es lo que quiero que hagas ahora...", nosotros podremos escucharlo y seguir sus instrucciones.
Algunas de nuestras oraciones de la iglesia contribuyen accidentalmente al sentimiento de que Dios no está trabajando más allá de lo que podemos visualizar. Por ejemplo, terminando nuestras peticiones intercesoras con "Señor, escucha nuestra oración", la implicación es que Dios no ha estado ya escuchando, viendo, y trabajando, y que necesitamos rogarle para que tome las medidas necesarias.
Debemos recordarnos conscientemente de que realmente estamos diciendo: ¡"Señor, GRACIAS por escuchar nuestra oración! Sé que te harás cargo de esta necesidad, y yo confiare de tu tiempo y manera de manejarlo".
Eso es lo que "amén" significa.
¿Qué milagros necesitas? Escribe todas tus peticiones de oración y después mete las hojas de papel en tu Biblia. Al cerrar la cobertura, dale a Jesús tu confianza.
Así es como se vive una clase de vida de "amén" en vez de preocuparse y no creer y buscar signos y prodigios para la prueba de la participación de Dios. Los signos y los prodigios sucederán, pero el quién, que, cuándo y dónde serán elección de Dios, no nuestra. ¿Después de todo, realmente desearías que fuera de cualquier otra manera?
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