
Què confusos...
Qué confusos pueden ser los asuntos de nuestras vidas cuando tratamos de incorporar los puntos de vista de todas las personas que nos rodean, las cuales tienen muy pocas opiniones en común. Si estamos de acuerdo con la primera de ellas, la otra se sorprende y nos convierte en sospechoso ante los demás: "¿Quién es ella en realidad?" "¿Qué cree él sinceramente?" Muy pronto nos sentimos incómodos en compañía de aquellos cuyas opiniones compartimos sólo cuando nos conviene. Podremos estar en paz cuando hayamos decidido seriamente un curso de acción y una visión del mundo compatible. Nuestras actitudes, nuestras opiniones y, por tanto, nuestras reacciones ante las corrientes de la vida serán congruentes con él. Cuando desarrollamos nuestra integridad y luchamos por conservarla -en lugar de mantener un constante conflicto interno a causa de nuestra inestabilidad-, descubrimos una forma más suave de pasar los baches que todos encontramos en la vida. El día de hoy será mucho menos estresante si mis actos reflejan mi yo interno.



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