ECOS DE DOMINGO DE RAMOS.-
JERUSALEN. Simboliza el lugar de la paz y del cumplimiento . Jesús entra triunfalmente para dar observancia las escrituras. Hoy día Jesús sigue muriendo por nosotros y muchos "Cristos" en el mundo siguen sufriendo su pasión.
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SILENCIO. Expresamos, en la antesala de la Semana Santa, la Pasión que se proclama con serenidad y con devoción. ¿Existe mejor homilía que la escucha atenta de este relato ? ¿Dónde reside el secreto de Jesús para adentrarse por esta puerta de Jerusalén que le conduce a los aplausos y al patíbulo a la vez?
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SEÑORIO Jesús, sobre un burrito, nos muestra el rostro de Dios. Habló ya en Belén a través de su divinidad en la pequeñez, y de nuevo se nos presenta en la ciudad…a lomos de un asnillo. El señorío de Dios viene revestido de humanidad, de humildad, de cercanía.
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OBEDIENCIA. Jesús sabía que, en Jerusalén, finalizaba su misión. Fue el siervo sufriente, obediente. Proclama con su vida la Verdad del Padre y la lleva a cabo con su propia pasión, muerte y resurrección. ¿Obedecemos a Dios antes que a los hombres o más bien al contrario?
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RAMOS Y PALMAS. Hoy son gozos y mañana sufrimientos. Jesús sabe de qué barro estamos hechos. Aún así permite ser aclamado por aquellos que luego no le reconocerán, le venderán o le negarán. ¿Guardamos coherencia con nuestra fe? ¿Hay distancia entre nuestra fe proclamada y fe vivida? P. Javier Leoz.
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