UN CONSUELO...
Si es un gran consuelo saber que Dios nos ha creado por amor, nos conserva en la existencia por amor y nos quiere en el Cielo con Él por amor; también es una verdad muy consoladora el saber que la Virgen nos ama con un amor ilimitado y también Ella nos quiere en el Paraíso junto a sí y a su Dios. Si pensáramos más y meditáramos esta verdad de que María nos ama tanto, ya no estaríamos inseguros y temerosos de nada, porque estaríamos seguros de que esta Madre no nos dejará a las fauces de los enemigos, sino que intervendrá cuando sea necesario como una loba en defensa de sus cachorros. ¡Con María no hay nada que temer! ¡Sólo con invocarla en nuestro auxilio y todo miedo desaparece y toco enemigo retrocede! Estamos contentos de tener una madre en la tierra que nos ama y nos cuida, si es que por desgracia no somos huérfanos; pero mucho más contentos debemos estar porque tenemos una Madre en el Cielo que es toda bondad y nos ama y nos cuida a la perfección.
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