Refugio
En tiempos de crisis siempre necesitamos donde refugiarnos. Leía que en el terremoto de Japón, la mayor incertidumbre de los extranjeros era donde ir. Los japoneses habían practicado que hacer en caso de emergencia y estaban habituados a aplicar el plan de contingencia. Pero los visitantes no. Y se notaba en la desesperación por tratar de encontrar un lugar seguro.
Seguramente muy pocos de nosotros padecimos un terremoto semejante, pero es muy probable que nuestra vida haya sido sacudida por alguna crisis que nos afectó sustancialmente. Difícilmente encontremos alguien que nunca tuvo una angustia, un problema o un incidente desagradable. Recibí un mail de un amigo y al pie de la página estaba este texto. Él lo tiene como pie de pagina de su mail, y revisando mails anteriores vi que estaba el mismo texto al final de cada uno de ellos.
Pero esta vez, lo leí con otros ojos. Hay veces que una misma porción que sabemos de memoria, nos impacta distinto según la situación que estemos viviendo. Me hacía falta refrescar mi mala memoria, y volver a depositar mi confianza en Dios. A veces pensamos que por la acumulación de problemas, Dios está demasiado lejos. Que por sus ocupaciones cotidianas manteniendo el orden en todo el universo y con tantas personas en la Tierra, no tiene tiempo para detenerse a escuchar lo que uno le pide y necesita.
Pero Isaías nos recuerda del error de pensar esto. Puede ser que estés muy triste porque no se cumplen los deseos de tu corazón, te podés sentir defraudado por los fracasos sufridos, podés sentirte solo y enfermo, podés bajar los brazos con ganas de tirar la toalla. Pero hay algo que tenés que saber: Dios, tu Dios te esfuerza, te sostiene y te ayuda. Él te sustenta con la potencia de su mano. Y jamás te suelta.
Aún en el peor de tus problemas, Dios sigue siendo confiable. Por más largo que sea, no supera la eternidad de Dios. Para tu crisis de hoy, Dios tiene el mejor de los refugios: Él mismo. Volvé a confiar en Dios, recuperá tu fe en su Soberanía y Amor. Él puede darte nueva fuerza. Creele.
REFLEXIÓN – Dios es tu mejor refugio.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany