Partículas de Salmos
Si escrutas mi corazón, si me visitas en la noche, si me pruebas por el fuego, no encontrarás malicia en mí. Que jamás mi boca se exceda a la manera de los hombres. Ateniéndome a las palabras de tus labios, he guardado los caminos de la Ley. Firmemente se adhirieron mis pasos a tus senderos, y mis pies no han titubeado. (Salmo 16, 3-5).
Comentario:
Ojalá también nosotros podamos decir lo mismo que el salmista, y que cuando sobrevenga la prueba, salgamos airosos de ella, sin quebrantar los mandamientos del Señor.
Porque en tiempos de paz es relativamente fácil cumplir los mandamientos de Dios. Pero cuando llega la prueba, ahí vemos si en realidad estaban firmes los preceptos del Señor en nuestro corazón.
Por eso nunca tenemos que sentirnos seguros como si ya estuviéramos en el Cielo, porque mientras hay vida, hay combate, y hay peligro. Cuando tengamos un tiempo de paz, tomemos fuerzas para prepararnos al tiempo de la guerra, y no nos ensoberbezcamos cuando todo está tranquilo, porque viniendo sobre nosotros la noche, nos puede engullir.
Siempre la humildad es necesaria para vigilar y orar, y no presumir de nuestras propias fuerzas, ni subestimar al adversario, el diablo, que es poderoso y astuto.
¡Bendito sea Dios!
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