CATECISMO PARA NIÑOS
Lenguaje sencillo.
Cuando damos catecismo a los niños, y en realidad siempre que se da catecismo aunque sea a personas adultas, siempre hay que conservar un lenguaje sencillo, puesto que la Verdad, el Evangelio y Dios mismo son sencillos, son simples.
Hoy muchos teólogos presuntuosos adornan de palabrería inútil y perjudicial las verdades de la fe, y así arrastran por el camino del error a las gentes desprevenidas.
¡No! El Evangelio y la Fe son simples como simple es Dios, y por eso en la enseñanza de la catequesis debemos conservar un lenguaje sencillo.
Dios ha hecho todo sencillo, pero el hombre, con su soberbia, lo complicó todo.
Y el ejemplo de que Dios es sencillo lo tenemos en la vida y obra del mismo Cristo, que es Dios y que es la Imagen del Padre. Y si meditamos cómo y en dónde nació Jesús, y por qué personas quiso rodearse, comprobaremos que siempre estuvo la sencillez en su actuar y en las personas que más lo entendieron.
Pero ser sencillos en el hablar exige un gran conocimiento del tema a tratar, puesto que es más fácil decir palabras difíciles que no dicen nada, a resumir en pocas palabras sencillas una verdad de fe. Por ello el catequista deberá formarse mucho, especialmente teniendo una profunda humildad y mucho tiempo de oración, y por supuesto tendrá que vivir en gracia de Dios, ya que así es como gozará de luces para entender mejor los misterios y saber explicarlos en cuanto pueden ser explicados.