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Nardo del 1ro de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, Luz en este mundo de oscuridad!
Meditación: Corazón Sagrado, enllagado y
martirizado por nuestros pecados, sé nuestra Luz para vivir sólo en Ti, y así
poder seguir nuestro camino para llegar un día a habitar junto al Padre
Celestial
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo
Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que
sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda
rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda
decir siempre si. Amén.
Florecilla: Que sepamos plasmar en nuestro
pobre corazón, lo que nos enseñó el Hijo de Dios. Meditemos cuán poco sabemos de
El.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
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Nardo del 2 de
Junio
¡Oh Sagrado Corazón, Llama
ardiente!
Meditación: El Corazón de mi Jesús tanto
amó, que en llama de fuego se presentó para purificar, para salvar, para
amar…¡Pero quién lo ha de mirar!. Si muchos lo llegamos hasta a despreciar, a no
buscar, a ignorar, pues no queremos que nos venga a señalar las miserias y
tibiezas que nuestro pobre corazón encierra. Seamos ardientes amantes de Cristo,
consumidos por el Fuego de Su Amor, para poder así limpiar nuestro corazón y
llegar a servir a nuestro Dulce Señor.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi
Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo
Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que
sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda
rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda
decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos una buena confesión,
ofreciéndosela al Sagrado Corazón de Jesús.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave
María y un Gloria.
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Nardo del 3 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, refugio del Niño
Dios!
Meditación: En una Doncella latía un Pequeño
que renovaría la tierra vacía, ya que en ella sembraría semillas para llenarla
de Vida. Aquel pequeño Corazón era el Sol que con Su calor nos enseñaría lo que
es el Amor, con Su Luz a no perdernos en la oscuridad, con Su Omnipotencia a
aumentar nuestra Fe, con Su silencio el valor de hacernos pequeños y con Su
Presencia la Única Senda, pues El es el Rey.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo
Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que
sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda
rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda
decir siempre si. Amén.
Florecilla:Comulguemos pidiéndole al Señor
tener un corazón pequeño, y que sea El nuestro único
sustento.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
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Nardo del 4 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, cuan manso y humilde
sos!
Meditación: ¡Ay! de nosotros los
hombres, todos queremos ser SEÑORES, si, con mayúsculas…no queremos ser
pequeños, debemos competir, ser los mejores, hinchar nuestro corazón de orgullo,
llenarnos de vanidad. Ser manso…eso es de débiles, de aquellos que poco saben,
que no poseen imagen. Pero a pesar de eso, sabes Señor, te lo digo al oído, con
vergüenza: "Yo soy cristiano, he sido bautizado…". ¡Oh! mi Dulce Señor,
cuanto te he profanado si estoy lleno de estos pensamientos mundanos. Tú, el
Corazón más humilde y el más sublime, el más manso, el Todopoderoso. Tú nuestro
Dios hermoso, mi Dulce Esposo. Me olvidé de Tu Imagen, por ser yo la imagen de
un dios pagano, de aquel que produce el escarnio de lo que Tú en mi pusiste de
santo. ¡Perdóname Señor!.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi
Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo
Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que
sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda
rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda
decir siempre si. Amén.
Florecilla:Ofrezcamos una jornada de
silencio, comparando la vida de Jesús con la nuestra.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave
María y un Gloria.
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Nardo del 5 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, qué tierno
sos!
Meditación: Dicen que una vez la
Santísima Virgen a un niño se le presentó, le habló del Amor y de su Corazón,
pero el niño que sorprendido la escuchaba se atrevió a preguntarle por el Niño
Dios. De tal modo, una conversación parecida a ésta se escuchó: Perdón,
Virgen María, ¿pero si voy al Cielo voy a poder jugar con el Niño Jesús?. La
Virgen sonriendo contestó: "Sí, en el Cielo se te da todo lo que buscas con un
corazón de niño". El pequeño prosiguió: ¿Al fútbol también podré jugar con El?.
La Virgen contestó: Si así lo deseáis... El niño: Ah, pero siempre va a ganar
Jesús, porque El es el mejor, es Dios. La Virgen, llena de ternura, contestó:
"No, mi amor, porque en el Cielo no hay competencia y mi Jesús siempre deja
ganar…". A lo que el niño, poniéndose a llorar respondió: "Entonces yo no quiero
ganar, sólo quiero ser como Jesús...". ¡Qué lección la de la Madre de Dios!.
Ella nos muestra la humildad y la ternura del Corazón de Su Hijo, que todo nos
da, nos deja hasta querer ¨ganar¨ para que podamos aprender a ser como El, y ver
que el Rey, todo Poder, trabaja en la pequeñez. ¿Qué nos queda entonces a
nosotros?.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi
Amado Jesús! ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si.
Amén.
Florecilla: Que tratemos de ser niños
guiados por la voz de nuestra Madre, practicando la
humildad.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave
María y un Gloria.
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Nardo del 6 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, valiente y
obediente!
Meditación: Oh Delicioso Señor, que nos
enseñaste desde Tu ímpetu juvenil a combatir, cuando a Tu Madre confiaste, a Tus
dulces doce años, que a los doctores explicabas las cosas de Tu Padre. Eras
apenas un niño, pero en Ti el Amor había vencido a todo temor, ya que cumplías
con obediencia el Querer de Quien te había enviado. No importaban los escarnios,
las burlas ni tu pequeñez, pues la Sabiduría y el Amor habían de vencer. ¡Que
vergüenza la de mi pobre alma siempre llena de temor para defender las cosas de
mi Dios, tanto con la voz como con el testimonio que doy! ¿Y no es el miedo
acaso falta de Fe?, pues yo nada soy, todo lo es y lo hace el Señor. Entonces si
El habita en mí, y me hace vivir, sólo tengo que servir para llegar a ser un
instrumento y un puente hacia el Cielo.
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo
Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que
sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda
rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda
decir siempre si. Amén.
Florecilla: Seamos discípulos del Señor
haciéndolo conocer más y más, prediquemos a un hermano para que pueda encontrar
a Cristo en su corazón.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
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Nardo del 7 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, qué sensible y sencillo
sos!
Meditación: Me parece entrever por una ranura
de la casa de Nazaret a un Joven trabajador que con habilidad modelaba un
rústico trozo de madera; en el aire se percibe un rico olor a viruta
fresca…parece absorto. De repente y ante una suave voz levanta Su cabeza…es el
Rostro de Mi Señor, que diligente y obediente responde al llamado de Su Madre.
En la otra habitación, en su lecho un anciano agonizante respira agitadamente…es
el pobre papá José. En la Mirada Amorosa de aquel Joven Niño se reflejan tanto
amor, tanto dolor, tanta paz. Entre tiernos cuidados y santas lágrimas José
inicia su marcha, hasta que se abra la Puerta de la Morada
Santa.
¿Somos capaces de imitar la
sencillez y el amor que el Señor prodigó a todos los que tocó en Su vida
terrena?. ¿O escapamos en el mundo de hoy del cuidado de los ancianos y
necesitados?. Justificándonos en que tenemos nuestro trabajo y en que no podemos
angustiarnos tanto, ni siquiera podemos dar una sonrisa para aquel que agoniza.
¡Tenemos que vivir…vivir para morir!. Amar de verdad es dar todo hasta desgarrar
nuestro mísero corazón en ofrenda al Señor, como lo hizo el
Redentor.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo
Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que
sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda
rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda
decir siempre si. Amén.
Florecilla:Demos cuidado y amor a un anciano
necesitado, como lo hizo y lo hace el Señor.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
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Nardo del 8 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que enviaste al Espíritu
Santo!
Meditación: Jesús que nos enviaste tu
Santo Espíritu, que nos permitiste por Tu inmenso Amor ser templos del mismo
Dios, para así vivir en Ti y recibir a la Divinidad en nuestra pobre casa,
llenándola de gracias. Que seamos vasijas de barro, purificadas por el Fuego
ardiente de Dios, para que Sus dones se derramen en nuestras almas. ¡Oh que
sublime posesión sería ésta, ser poseídos por el Espíritu Divino que nos guía y
renueva como verdadera Iglesia!.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi
Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo
Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que
sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda
rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda
decir siempre si. Amén.
Florecilla: Pidamos la efusión del
Espíritu Santo sobre cada uno de nosotros y sobre toda la Iglesia.
"Ven, Espíritu Santo, ven, por
medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, Tu Amadísima
Esposa, ven¨" (se repite tres veces).
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave
María y un Gloria.
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Nardo del 9 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, fuente inagotable de
amor!
Meditación: Jesús tanto nos amó que no sólo
hasta Su última gota de Sangre derramó, obedeciendo la Voluntad del Padre que lo
envió, sino que también desde la Cruz nos dejó a Su Santísima Madre, a la más
Bella Mujer que jamás existiría, para que sea nuestra guía. En Pentecostés,
Ella, confirmando su apostolado, está reunida con los discípulos esperando la
venida del Paráclito, cumpliendo así con lo señalado por su Divino Hijo. Así la
Criatura más Perfecta, la Inmaculada, la Llena de Gracia, se convierte en Madre
de la Iglesia, participando del misterio de la Corredención. Ella ve con dolor y
con amor todas las asechanzas, tropiezos y persecuciones que el enemigo prepara
frente a nosotros, interponiéndose para nuestra protección como la Mujer Vestida
de Sol, y señalando el camino del regreso de Cristo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si.
Amén.
Florecilla: Recemos el Rosario a la Santísima
Virgen, para que sea nuestra protectora y nuestra guía.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
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Nardo del 10 de
Junio
¡Oh Sagrado Corazón,
modelo de virtudes sos!
Meditación: Jesús, que desde pequeño fuiste
perfecto, que corrías y cantabas dando al mundo esperanza, pues ya se acercaba
la Primera Santa Pascua. La Luz del Sol se ocultaba en Tu interior, cubierta con
pétalos de humildad y obediencia al Creador. ¿Por qué no entendemos los hombres
que tenemos que imitarte, que es un honor llevar Tu imagen, y que debemos
dejarnos modelar por Tus Benditas Manos de Carpintero, para llegar a ser a
semejanza de Nuestro Maestro?. ¡Qué honor el nuestro!. Pero qué bajo que caemos,
pues cuan pocos son los que quieren ser como Cristo, Nuestro Rey Divino.
Cambiemos nuestro pobre corazón por Su Sagrado Corazón, sabiendo que recibiremos
todos los gozos, pues así el Señor habitará en nosotros, y tendremos la dicha de
participar en la Santa Llaga, pues la humanidad hoy le clava nuevamente en Su
Sagrado Corazón la lanza.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si.
Amén.
Florecilla: Leamos la Santa Palabra para
conocer más profundamente cómo es Nuestro Señor, y así llegar a ser Su
imitación.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
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Nardo del 11 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, desgarrado en el
Huerto!
Meditación: Señor, estás solo…solo desde
hace 20 siglos…solo hoy…solo en el Getsemaní…solo en Tu sufrimiento. Como en
aquel tiempo, sentís frío, el frío del abandono, el frío del dolor, el frío de
la falta de fe y amor. Frío y soledad en el Huerto…frío y soledad en el
Sagrario. Los hombres de hace dos mil años y los hombres del mundo actual se
olvidaron del Maestro, de que nos hiciste Tus amigos, y nos tomaste como
hermanos. Tú, el mismo Dios, te hiciste pequeño. Tú, el Dueño, el Hombre Dios,
has sido nuevamente olvidado por todos aquellos que decimos ser Tus testigos,
que te seguimos, pero nos quedamos dormidos. ¡Somos tibios!. Nuevamente no
oramos…como antaño…no te acompañamos ni reparamos las ofensas que a través del
pecado desgarran Tu Sagrado Corazón. Por todo ello Señor, Mi Dios,
perdón.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi
Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!,
dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada
Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en
el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si.
Amén.
Florecilla: Adoremos al Señor en el
Sagrario, meditando particularmente respecto de todo lo que El nos da, y también
sobre nuestras faltas de caridad.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave
María y un Gloria.
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Nardo del 12 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, escarnecido por nuestros pecados!
Meditación: Señor…en la oscuridad del
Getsemaní, la Luz de Tu Presencia. Señor…que sentías en aquella brisa fría la
cercanía de Tu agonía. Señor…te veo arrodillado y orando, Tu respiración se
acelera…puedo sentir el dolor de Tu Corazón, de ese Corazón que en ese instante
sintió todos los pecados, los más sucios, los más inmundos, los cometidos y por
cometer. Señor, allí Tu Corazón se atravesó. Pobre Mi Señor, el Puro, el Santo,
soportando y sintiendo cada pecado. Señor…estás llorando…Sangre. Señor, de Tu
Santa Frente cual pequeños rubíes gotas de Sangre caen. ¡Oh Señor perdón!,
perdón por las espinas de mis pecados y las de mis hermanos, perdón Señor porque
continuamos tu martirio…perdón Padre porque a pesar de habérnoslo dado, al
Sacrificio de Tu Hijo lo hemos olvidado.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi
Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!,
dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada
Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en
el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si.
Amén.
Florecilla: Trabajemos con humildad
haciendo un examen de conciencia, recordando y meditando los pecados capitales:
soberbia, vanidad, avaricia, gula, lujuria, envidia, ira.
Oración:
Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
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Nardo del 13 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, obediente hasta la muerte!
Meditación: La oscuridad del Huerto
parece que se hace más espesa…y allí Tu Figura excelsa, mi Pobre Jesús, agoniza.
La Sangre Bendita cae sobre la roca fría, y hasta parece una alegoría, el
corazón del hombre endurecido cual piedra fría, y sobre él cae el Sudor y el
Llanto Santo que del pecado nos limpia. Como amoroso y dolorido canto te oigo
decir: "Padre, si es posible que pase de Mí éste Cáliz, pero que se haga Tu
Voluntad y no la Mía". La Oblación de Amor ya ha sido dada…se entrega el Hijo…se
desgarra el Padre… "por Amor, a Su propio Hijo entregó". La Voluntad de Nuestro
Unico y Trino Dios es dar todo por amor. Si, por amor a esta pobre criatura que
soy yo, que tantas veces lo negó, que solo quiere bien vivir, y que me sirvan a
mí, que no me importa conocerlo y que con mis miserias y egoísmos he construido
ídolos en el lugar del Santo Templo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi
Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!,
dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada
Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en
el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si.
Amén.
Florecilla: Pidamos al Señor vivir
cumpliendo Su Santa Voluntad, y aprender a amar. Leamos y reflexionemos la
Primera Carta a los Corintios, 13.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
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Nardo del 14 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que amas el
silencio!
Meditación: Jesús, que viniste al mundo
a sufrir, pero antes debías con nosotros convivir. El Niño de Nazaret, el Hombre
del Calvario, en el silencio y la mortificación cumplías la Voluntad del
Creador. Sólo hablaste para enseñar, aconsejar y para mostrar al Dios de la
Verdad. ¡Pero hoy Señor, a todos nos gusta hablar, todos creemos que sabemos, a
pesar de que estamos en el desierto. ¡Cine, televisión y permanente conversación
han quitado de nuestro corazón el lugar que necesitás Vos!. No queremos oír,
solo queremos hacernos respetar, hemos perdido el don de escuchar...somos sordos
de corazón. Y Tú, Jesús, permaneces callado porque ya has hablado, y aun cuando
hoy quieres con nosotros conversar, no te queremos escuchar. Nos estás esperando
como en el Calvario, pero te seguimos abandonando. ¿Sabes Señor, lo que yo creo
que ocurrió?: Te hemos sacado de nuestro templo y en Tu lugar nosotros mismos
nos hemos puesto. ¡Oh Señor!, permítenos sentir en nuestro corazón el amoroso
susurro de Tu Santo Espíritu, para que estos sordos del siglo XXI volvamos a
conversar con Vos y cumplamos con el Divino Querer, haciendo el bien. Que
podamos repetir: "Señor, habla, que Tu siervo escucha".
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh
Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del
Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que
yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y
te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos una jornada de
silencio tanto exterior como interior, alejándonos del ruido del mundo para
poder escuchar la Voz de Dios.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave
María y un Gloria.
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Nardo del 15 de Junio
!Oh Sagrado Corazón, Corazón del Uno y Trino
Dios!
Meditación: Corre una brisa fresca y
parece que junto al pequeño río algo de naturaleza despierta...es el Jordán...un
pequeño gentío, allí está el Bautista...se acerca imponente mi Jesús, sin
pompas, con sencillez pues es el Verdadero Rey. Se miran, se dicen unas pocas
palabras y en ese instante el Cielo habla...se abrieron los Cielos y descendió
el Espíritu de Dios. Al mismo tiempo se oyó una Voz que desde el Cielo dijo:
"Este es Mi Hijo, el Amado, este es Mi Elegido" (Mateo 3-16). La misma
Trinidad se presentaba en la tierra Santa, mostrándonos en lo pequeño un gran
misterio. Tres personas distintas y Un sólo Dios. Jesús, al decirle Sus
discípulos "muéstranos al Padre" respondería: "hace tanto tiempo estoy entre
ustedes y todavía no me conocen". Nuestra limitada naturaleza no puede entender
la ilimitada magnificencia de Dios, Uno en el Otro está, y el mismo Corazón es
de nuestro Unico Dios.
Pidamos al Corazón del Hijo conocer el Amor del
Padre, y encerrarnos en El, cubiertos con las Alas del Espíritu
Santo.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh
Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del
Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que
yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y
te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Hagamos la oración de los pastorcitos de Fátima:
Oh Dios
mío, yo creo, espero, adoro y Os amo y Os pido perdón por todos los que no
creen, no esperan, no adoran y no Os aman (repetir tres veces). Santísima
Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, Os adoro profundamente y Os ofrezco el
Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, Presente en todos los Tabernáculos de la tierra en reparación
por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales El mismo es
ofendido, y por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y por la
intercesión del Inmaculado Corazón de María Os pido por la conversión de los
pecadores. Amén
Oración:
Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
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