Enseñanzas del EvangelioAdulterio.
También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. Pues yo les digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. (Mt 5, 31-32)
Enseñanza:
A veces el matrimonio es una cruz, pero es mejor sufrir unos años en la tierra, que no siglos y siglos en el Purgatorio, o peor aún para siempre en el Infierno. Por eso si la vida en común se ha hecho muy difícil, es necesario soportarla como una purificación en la tierra, y además, para no causar daño a los hijos de esa unión, que son siempre los que más sufren en la separación de los padres.
El espíritu de sacrificio debe existir en los cónyuges y no separarse por ningún motivo. Esa es la orden del Creador. Por eso hay que pensar muy bien antes de casarse. Como dice el dicho popular: “Reza una vez antes de embarcarte, dos veces antes de ir a la guerra, y tres veces antes de casarte”.
Hoy, lamentablemente las parejas se casan sin tener conciencia de lo que significa el matrimonio, y así luego fracasan. El que no esté preparado para sacrificarse por el otro, mejor que no se case.
También hay que saber que el demonio odia a los matrimonios, odia a las familias bien constituidas, y hay que contar con este enemigo que hará lo imposible para separar al hombre de su mujer.
En definitiva, hay que ser santos, tratar de ser santos, y entonces el camino del matrimonio es un aprendizaje.
Si hemos equivocado el camino al casarnos, es necesario soportar las consecuencias, para no separarnos y exponer al otro al adulterio, especialmente a la mujer, que es la que más necesita el apoyo de un hombre a su lado, como Jesús lo dice aquí.