Jesús se queda en el Templo Lucas 2, 41-51. Tiempo Ordinario. ¿No sabían que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre? y yo... ¿En qué me ocupo? Autor: Pablo Lorenzo-Penalva, L.C | Fuente: Catholic.net
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Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 41-51
Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que los oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al ver, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados. Jesús les respondió: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?. Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
Oración introductoria
Señor y Madre mía, ayudadme a que como Jesús, tenga como sumo bien la cruz. Que a pesar de todo, quiera morar como Él en Jerusalén y allí escuchar todo lo dijo a esos sabios, para yo darme nuevamente cuenta de que sólo Él es la Verdad.
Petición
Aumenta mi fe Señor, que vea Tú mano en cualquier lado, sobre todo, en la gente que pide junto a las Iglesias, en el compañero que me cae mal. ¡En donde tú quieras, Virgen Santa!
Meditación
Curiosamente este pasaje, es primero en que se oye hablar a Jesús. Creo que Dios aprovechó esta circunstancia para hacernos ver que su Hijo se había encarnado para salvarnos, y ¡qué mejor forma de mostrárnoslo que en un diálogo entre Cristo y sus padres! También vemos que el redactor es san Lucas, apodado “el pintor de la Virgen”. El fragmento leído arriba puede causarnos admiración. ¿Cómo es que Jesús desobedece a sus padres? La respuesta la tenemos en el Antiguo y, de manera especial, en el Nuevo Testamento. Leyendo ambos podremos constatar que la actitud de Cristo no es de desobediencia, por supuesto. A pesar de todo, vemos a san José y a la Virgen Inmaculada preocupados. Lógicamente se preguntaban por qué había obrado así su Hijo. Sí sabían que era el Hijo de Dios, pero eso no quitaba que era también su hijo, a quien Dios les había encomendado. Por otra parte vemos a Cristo en plena adolescencia, podríamos llamarle, en cierto sentido, rebelde con causa. ¿Por qué? Porque toda su razón de ser (con causa) era agradar al Padre y hacer su Voluntad.
Reflexión apostólica
Toda esta situación que Tú me regalas, Señor, me hace comprender a todos esos jóvenes que ven que Dios les llama prematuramente. Quizás a los 12 o 13 años. Gracias, Señor, por enseñarme esa faceta humana tanto de tus padres como tuya. Que el leer tu Evangelio, no sea un simple cumplir, sino un amarte más; que sea un poner en “paralelo” mi vida. Interpretar mi vida a la luz de la tuya, y así ser un verdadero “fan” tuyo, es decir, un cristiano como Dios manda.
Propósito
Buscaré agradar yo también a Dios haciendo un acto de caridad, aunque me cueste.
Diálogo con Cristo
Ayúdame, Jesús, a darte tiempo a Ti, así como Tú diste toda tu vida al Padre. Sé que Tú eres mí único bien, perdón por olvidarlo.
“Madre, que aprenda a preocuparme como Tú, de las cosas de Dios. Tú lo perdiste unas horas y ¡cómo te angustiaste! Que yo aprenda a valorar el tiempo que paso con Jesús, tu Hijo. Él no se va”
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