Recalculando
Se popularizaron en Argentina en los últimos años, la utilización de los dispositivos de navegación GPS, para alcanzar un destino sin saber que camino tomar. Cuando yo era chico se llegaba preguntando (y por lo general nos indicaban mal el camino). Años más tarde surgieron una libretas con mapas divididos en cuadrículas con coordenadas y nombre de calle. Se buscaba en el índice alfabético el nombre y la altura de la calle, y el índice indicaba en que mapa y coordenadas se encontraba el sitio. Pero no siempre el mapa coincidía con la realidad.
Ahora el GPS simplifica mucho toda esta búsqueda. Se baja de internet los mapas actualizados, las estaciones de servicio con combustible, los radares de la policía, y toda información deseable para hacer un viaje tranquilo y placentero y el pequeño aparato nos indica que camino debemos seguir.
Y como no siempre la destreza humana coincide con las indicaciones recibidas, y podemos perder el rumbo, el GPS tiene la habilidad para avisarnos que nos desviamos y que deberíamos retomar el camino indicado; para lo cual la voz del aparato nos alerta diciendo: «Recalculando…». Después, nos indica cómo volver al camino correcto.
La Biblia nos ofrece un sistema de navegación espiritual para guiarnos por el mejor camino en nuestra travesía de la vida. Al igual que el GPS del auto, está programada para señalarnos los barrios peligrosos, las calles a contramano, los caminos de tierra o los desiertos sin estaciones de servicio.
Y para recalcular nuestro desvío tiene cuatro consignas:
1- Enseñar nos dice qué camino seguir;
2- redargüir nos indica cuándo nos salimos de la ruta;
3- corregir nos señala cómo volver al sendero correcto;
4- instruir en justicia nos especifica cómo permanecer en la senda de Dios.
Los errores y las elecciones que nos desvían del Señor no deben tomarse con liviandad. Pero el fracaso raras veces es fatal y pocas decisiones son definitivas. En el preciso instante en que giramos hacia donde nosotros queremos, el Espíritu Santo actúa «recalculando» y nos insta a volver al camino del Padre.
Si nos hemos deslizado y perdido el curso, este es el mejor momento para prestar atención a la voz de Dios y regresar a su camino. Para mantener el curso, confía en la brújula de la Palabra de Dios.
REFLEXIÓN – El Espíritu Santo es tu GPS.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany