¿Por qué no hacerlo por mi?
..La primera cosa que se nos ocurre hacer con alguien que queremos es cuidarlo,
ocuparnos de él, escucharlo, procurarle las cosas que le gustan,
ocuparnos de que disfrute de la vida y regalarle lo que más quiere en el mundo,
llevarlo a los lugares que más le agradan,
facilitarle las cosas que le dan trabajo,
ofrecerle comodidad y comprensión.
..Cuando el otro nos quiere, hace exactamente lo mismo.
..Ahora, me pregunto:
¿Por qué no hacer estas cosas con nosotros mismos?
..Sería bueno que yo me cuidara, que me escuchara a mi mismo,
que me ocupara de darme algunos gustos,
de hacerme las cosas más fáciles, de regalarme las cosas
que me gustan, de buscar mi comodidad en los lugares donde estoy,
de comprarme la ropa que quiero, de escucharme y comprenderme.
..Tratarme como trato a los que más quiero.
..Pero, claro, si mi manera de demostrar mi amor
es quedarme a merced del otro,
compartir las peores cosas juntos y ofrecerle mi vida en sacrificio, seguramente,
mi manera de relacionarme conmigo será complicarme la vida
desde que me levanto hasta que me acuesto.
..El mundo actual golpea a nuestra puerta
para avisarnos que este modelo
que cargaba mi abuela (la vida es nacer, sufrir y morir)
no sólo es mentira, sino que además está malintencionado
(les hace el juego a algunos comerciantes de almas).