Autor: Oscar
Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org Padre
Pío de Pietrelcina (Francisco Forgione), Santo
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Presbítero Capuchino,
Septiembre 23
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Padre Pío de Pietrelcina (Francisco
Forgione), Santo |
Un hombre de oración y
sufrimientoMartirologio Romano:
San Pío de Pietrelcina (Francisco) Forgione, presbítero de la Orden de
Hermanos Menores Capuchinos, que en el convento de San Giovanni Rotondo, en
Apulia, se dedicó a la dirección espiritual de los fieles y a la reconciliación
de los penitentes, mostrando una atención particular hacia los pobres y
necesitados, terminando en este día su peregrinación terrena y configurándose
con Cristo crucificado (1968)
"Siempre humíllense amorosamente ante Dios y ante
los hombres. Porque Dios le habla a aquellos que son verdaderamente humildes de
corazón, y los enriquece con grandes dones."San Giovanni Rotondo, Italia.
En un convento de la
Hermandad de los Capuchinos, en la ladera del monte Gargano, vivió por
muchísimos años el que probablemente fuera el Sacerdote Místico más destacado
del siglo XX, a punto actualmente de ser declarado Santo por el Vaticano. El
Padre Pío, nacido en Pietrelcina en 1887, fue un hombre rico en manifestaciones
de su santidad. Enorme cantidad de milagros rodearon su vida, testimoniados por
miles de personas que durante décadas concurrieron allí a confesarse. Sus Misas,
a decir de los concurrentes, recordaban en forma vívida el Sacrificio y Muerte
del Señor a través de la entrega con que el Padre Pío celebraba cada Eucaristía.
Es notable su carisma de bilocación: la capacidad de estar presente en
dos lugares al mismo tiempo, a miles de kilómetros de distancia muchas veces. El
Padre Pío raramente abandonó San Giovanni Rotondo; sin embargo se lo ha visto y
testimoniado curando almas y cuerpos en diversos lugares del mundo en distintas
épocas. También tenía el don de ver las almas: confesarse con el Padre Pío era
desnudarse ante Dios, ya que él decía los pecados y relataba las conciencias a
sus sorprendidos feligreses (a veces con gran dureza y enojo, ya que tenía un
fuerte carácter, especialmente cuando se ofendía seriamente a Dios). Tenía
también el don de la sanación (a través de sus manos Jesús curó a muchísima
gente, tanto física como espiritualmente) y el don de la profecía (anticipó
hechos que luego se cumplieron al pie de la letra).
Vivió rodeado de la
Presencia de Jesús y María, pero también de Santos y Angeles, y de almas que
buscaban su oración, para subir desde el Purgatorio al Cielo. Pero su gracia más
grande radicó, sin duda alguna, en sus estigmas: en 1918 recibe las cinco Llagas
de Cristo en sus manos, en sus pies y en su costado izquierdo. Estas llagas
sangraron toda su vida, aproximadamente una taza de té por día, hasta su muerte
ocurrida en 1968. Múltiples estudios médicos y científicos se realizaron sobre
sus Estigmas, no encontrándose nunca explicación alguna a su presencia u
origen.
Su sangre y cuerpo emanaban un aroma celestial, a flores
diversas, que acariciaba no solo a los asistentes a sus Misas, sino también a
quienes se encontraban con él en otras ciudades del mundo, a través de sus dones
de bilocación. Vivió sufriendo ataques del demonio, tanto físicos como
espirituales, que se multiplicaron a medida que las conversiones y la fe crecían
a su alrededor.
En diciembre de 2001 el Vaticano emite el decreto que
aprueba los milagros necesarios para canonizar a nuestro héroe, San Pío de
Pietrelcina y fué canonizado el 16 de julio de 2002.
Vivimos en un mundo
que niega lo sobrenatural, se aferra a lo material y a todo lo que pueda ser
explicado a través de la razón, o percibido por los sentidos. Sin embargo, Dios
prescinde de nuestra razón y de nuestros sentidos, a la hora de someternos a las
pruebas de nuestra fe. De cuando en cuando nos prodiga con regalos del mundo
sobrenatural, a través del testimonio y el acceso a la divinidad de los seres
Celestiales. El Padre Pío es una puerta abierta a Cristo, a María, a los ángeles
y los santos. Es también un testimonio de la pequeñez del ser humano y una
invitación a creer y dejar de buscar explicación a los hechos de la Divina
Providencia (la voluntad de Dios), sino simplemente a unir nuestra voluntad a la
de Dios, y ser lisa y llanamente su instrumento, como el Padre Pío lo
fue.
La vida entera del Padre Pío no puede ser explicada a través de la
razón o la lógica humana. La fe y fuerza del Santo del Gargano dan por tierra
con todas las escuelas filosóficas terrenales, dejando una sola salida a todo
intento de crecimiento del hombre: el encuentro con el Dios eterno, el que nos
mira desde lo alto y nos pide, por medio de Su infinita Misericordia, que nos
entreguemos simplemente a Su Voluntad. La negación de nuestro yo (la muerte de
nuestro ego), se constituye en la principal meta de nuestra evolución, porque
SÓLO DIOS ES !
Debemos negarnos
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Padre Pío de Pietrelcina (Francisco
Forgione), Santo | a
nosotros mismos y vivir para y por Él. El Padre Pío vivió en la más absoluta
humildad y negación de sí mismo, y miren los prodigios que Jesús hizo a través
suyo !
Padre Pio parte
1 Padre Pio parte
2
Consulta también Padre Pio por Jesús Martí
Ballester
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Schmidt
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