Justicia
18 de julio de 1994, quedó gravado como un día muy oscuro y terrible en la historia Argentina. Fue el día del peor atentado que se sufriera en el territorio patrio, el atentado a la AMIA, cuando una bomba en la sede judía dejó un saldo de 85 personas muertas y cientos de heridos. 17 años más tarde el caso sigue sin resolverse, no se encuentran culpables ni se sabe quien fue quien puso la bomba. La justicia nunca pudo o quiso avanzar en el tema, y la impunidad y el olvido enterraron las pruebas en la penumbra del tiempo.
Hoy se recuerda con dolor el sufrimiento de los familiares que esa mañana hacían lo imposible por ayudar a desenterrar a los que aún seguían con vida. Algunos lograron ser rescatados de los escombros y sobrevivieron. Hubo 84 que no. Una vez más, la intolerancia, la discriminación, el odio, la irracionalidad, y la estupidez humana demuestra que puede vencer a las buenas intenciones. No hay justicia para el Amia.
Padecemos a menudo esta falta de justicia, los reclamos se multiplican en todos los ámbitos, y consideramos que existe mucha parcialidad en las cosas que nos pasan. David también lo veía en su tiempo. Y le dolía y preocupaba la falta de justicia que estaba padeciendo. Frente a su reclamo, Dios vuelve a prometerle esta eterna verdad.
Aquel que pueda levantar manos limpias y tenga un corazón puro, aquel que no adora ídolos vanos ni jura por dioses falsos; esa persona será quien reciba de Dios su justicia perfecta. Dios prometió que aplicará su concepto eterno e invariable de justicia divina en aquellos que reúnen ciertas condiciones. Y su verdad no pasa de moda, ni cambia con el tiempo.
¿Pensás que estás padeciendo injustamente? ¿Mirás tu situación actual y consideras que no hay demasiada equidad? ¿Te comparás con otros que les va mejor y sentís que no te tratan con ecuanimidad? ¿Le estás pidiendo a Dios justicia en tu vida? David vuelve a recordarte. Dios es siempre justo. Él jamás actuará con parcialidades o favoritismos.
Y Dios prometió que para sus hijos fieles, Él va a hacer justicia. Aunque te sea difícil verlo hoy, aunque te duela tu penosa situación, David nos alienta a seguir confiando en la justicia de Dios.
REFLEXIÓN – Dios es siempre justo.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany