Caminemos haciendo el bien
Normalmente las personas nos movemos
por unos ideales que nos parecen nobles.
Pero en ciertas circunstancias,
sobre todo cuando surgen las dificultades,
le preguntamos al Señor:
«¿Por qué consientes o permites esto
o aquello, por qué unos disfrutan a placer
de la vida y otros sufren tanto?»
Y el Señor nos responde:
«Tú ten fe y cállate; a ti no te corresponde
juzgar; tú haz el bien y sígueme».
Así de clara y transparente ha de ser nuestra vida.
Caminemos haciendo el bien y creando
bienestar a nuestro alrededor,
sin importarnos la recompensa,
y sin mirar por el rabillo del ojo si el otro,
sin merecerlo, obtiene más.
Cada cual ha de vivir su propia realidad
mirando a Dios y al bien del prójimo,
aunque a veces en el camino
hayan espinas y zancadillas.
Si somos capaces de no extraviarnos
del sendero que Dios nos señala,
no cabe la menor duda de que
los ideales nobles de cualquier
persona de bien se llevarán a cabo.
Sebastián García Gálvez