
SÚPLICA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Escóndeme, dulce Salvador mío, en el Sagrario de tu costado, fragua encendida del puro amor, y ahí estaré seguro.
Elijo tu Corazón por morada, en la firme confianza de que será mi fuerza en el combate, el báculo de mi flaqueza, mi guía y luz en las tinieblas; en fin, el reparador de todas mis faltas y el santificador de mis intenciones y obras; las uno a las tuyas, y te las ofrezco para que sirvan de continua preparación para recibirte sacramentalmente.
Para honrar tu condición de víctima en este sacramenteo de amor, vengo a ofrecerme yo también en calidad de tal, suplicándote seas mi sacrificador y me inmoles en el ara de tu Sagrado Corazón. !Ah¡, pero como soy tan culpable, te ruego, Señor Jesús, tengas a bien purificarme y consumirme con las llamas de tu divino Corazón, como un holocausto perfecto de amor y de gracia, para obtener una vida nueva, y poder entonces decir con verdad: "Yo nada tengo que no sea mi todo; vivo o muerto, mi Jesús es mi todo; mi propiedad es ser yo del todo y eternamente suyo"
(De Santa Margarita María de Alacoque)



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