Estaba Sócrates caminando por la tienda de túnicas cuando sus discípulos miraban tal acto y decidieron reunir dinero para entregarlo a Sócrates y que éste se comprara una túnica nueva ya que la suya estaba sucia, vieja y rota.
Cuando los discípulos reunieron cierta cantidad de dinero, fueron y se lo entregaron a Sócrates:
Discípulos: Sócrates, hemos reunido este dinero para que usted pueda comprarse una túnica nueva ya que la suya está vieja y maltratada.
Sócrates: Queridos discípulos, yo no necesito comprarme nada, estoy bien con lo que tengo.
Discípulos: Pero maestro si lo vemos desde hace rato parado frente a la vitrina de esta tienda mirando las túnicas.
Sócrates: Os equivocáis, yo no miro las túnicas ni las ropas, yo veo todo aquello que no necesito.
A veces nos entretenemos por buscar algo que no necesitamos, nos rodeamos de muchas cosas que guardamos por tanto tiempo , que al final ni las utilizamos.
Debemos saber discernir qué es lo que verdaderamente necesitamos y si esto nos va a ayudar en realidad.
De la red.